♡ O3。゚

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NamJoon ya había logrado hablar con TaeHyung. SeokJin ya había logrado convencer a YoonGi para que le aceptara una cita. Yo miraba desde mi mesa al chico de hermosa mirada y adicto al agua con gas leer otro libro.

Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll.

Volvía a hacer gestos, asentía, negaba, sonreía, fruncía el ceño, subrayaba con el fosforito, escribía con el lápiz, marcaba con las tiritas de colores y subía sus gafas con índice y pulgar, sin olvidar que remojaba sus labios cada cierto tiempo luego de no haber tomado agua.

Sí que parecía psicópata, pero no era acoso. ¿Cierto?

Para mí, JungKook era una obra de arte preciosa que estaba en exhibición. Y eso conllevaba una regla esencial.

Prohibido tocar.

No sé por qué me puse yo mismo las limitaciones.

Quizás fue porque JungKook no me miraba, porque siquiera parecía ser consciente de mi existencia, o de la existencia de alguien que no fuera Kim o Min.

Quizás me convencí a mí mismo de que la lejanía era mejor porque temía ser alejado sin haber logrado acercarme.

Por eso, durante cada almuerzo, me dediqué a observarlo desde la lejanía, a ver su sonrisa provocada por los libros que leía, a suspirar cuando su lengua remojaba sus labios o a hiperventilar cuando su mirada llegaba a cruzarse con la mía por mero accidente.

Noté con el paso de las semanas que a JungKook le encantaba leer. No, bueno, encantar es poco. Él amaba leer, era su día a día, no iba a ninguna parte si no llevaba un libro en su mano. Y nunca olvidaba cargar sus tiras de colores, el lápiz y el fosforito azul.

Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.

Retrato en sangre, de John Katzenbach.

El alquimista, de Paulo Coelho.

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne.

Romeo y Julieta, de William Shakespeare.

La cantidad de libros que leía era impresionante. Me sorprendía la pasión que tenía para algo que le gustaba tanto. El empeño que le ponía a cosas tan simples como subrayar, escribir y marcar en los libros.

Y entonces pensé en lo genial que debía ser hablar con él. Un chico con una mente tan llena de información, de cuentos, aventuras, tragedias y demás, debía tener miles de temas de conversación, datos interesantes, sucesos impresionantes...

Mantener una conversación con Jeon JungKook debía ser maravilloso, sin duda alguna.

Razón número tres para amar a JungKook: siempre tendrás algo de qué hablar con él.

Razón número tres para amar a JungKook: siempre tendrás algo de qué hablar con él

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✧: xneverlxnd-

diez razones para amar a JungKook ❀ jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora