Un día en las vacaciones, mis padres salieron por un asunto de negocios y llamé a JungKook para ver si quería ir a mi casa. Él aceptó y llegó con unos paquetes de papas fritas y palomitas. Miramos unas cuantas películas, y cuando aún era "temprano" se nos ocurrió la grandiosa idea de hornear un pastel. Él tenía experiencia, pues su madre solía obligarlo a hornear pasteles con ella todo el tiempo.
Salimos de la casa y fuimos al supermercado para comprar todo lo que necesitaríamos, pues mi madre no era precisamente de cocinar postres. Luego de quince minutos caminando, me di cuenta de que estábamos caminando en la dirección contraria y quise golpear mi cabeza contra la pared más cercana, pues no había logrado percatarme de ello antes de alejarnos mucho. Regresamos por el mismo camino con JungKook burlándose porque "JiMin, no es posible que no sepas ni a dónde ir en tus terrenos". Al final, terminé riendo junto a él.
Llegamos al supermercado y compramos todas las cosas —incluso más— que ocuparíamos. Pagamos y cada uno con bolsas en cada mano regresamos a mi casa.
Dejamos todo en la cocina y comenzamos.
Hice lo que él me dijo, vacié los ingredientes, hice una mezcla con ellos, él hizo otras cosas. Todo estaba genial. La mezcla para el pastel me había quedado bien —o eso había dicho JungKook—, y ya la habíamos vaciado y metido al horno. Mientras esperábamos a que el pastel se hiciera, JungKook dijo que debíamos preparar lo que le pondríamos arriba, yo no entendí y él me dijo que se refería a cómo lo decoraríamos. Me sentí idiota, pero asentí y me puse manos a la obra junto a él.
Mientras yo cortaba las frutas que pondríamos como decoración, él preparaba el betún para embadurnar el pan una vez éste saliera del horno.
—¿Qué te parece? —me dijo alzando una cucharita frente a mi rostro.
Yo me acerqué para probar el betún y él movió la cuchara de tal forma que mi nariz quedó manchada de blanco.
—Le echaron cloro a la nariz de Rodolfo —dijo burlándose.
Yo aproveché su distracción y tomé en un dedo un poco de betún y manché su mejilla derecha.
—¿Te pinto como el Sombrerero? —le dije soltando una carcajada.
Me quité el betún de la nariz y JungKook dijo—: Oye, debes tener betún en el rostro como yo. Es la regla básica de hacer pasteles.
Al principio me rehusé, no quería terminar con todo el rostro blanco, pero al final el puchero de JungKook y su "Yo dejaría que tú mancharas mi rostro con betún, JiMin" lograron convencerme. Así que feliz tomó un poco de betún y lo embadurnó en mi mejilla.
Verlo tan feliz por algo tan infantil como lo era mancharnos con la decoración del pastel hizo que mi corazón latiera desbocado, porque eso sólo me demostraba, que no era el chico emo, antisocial y amargado que todos decían y creían que era.
Jeon JungKook era todo menos eso.
Razón número siete para amar a JungKook: su lado infantil.
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✧: xneverlxnd-
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diez razones para amar a JungKook ❀ jikook.
Fanfic❝ Donde JiMin hace un listado de las diez razones para amar a JungKook. ❞ ♡ 지국 ━ JIKOOK FAN-FICTION. ➸ top!jm / bottom!jk ➸ 2O19.O6.23 ➸ libro 1/3. ➸ mención de parejas secundarias. ➸ adaptación: ﹫_moon_star.