♡ diez razones。゚

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Suelto un suspiro cansino. NamJoon y SeokJin han quedado en otros grupos debido a la elección de su capacitación, así que me ha tocado adaptarme a hacer los trabajos en equipo solo. No los culpo, habíamos prometido elegir la capacitación que nos llamara la atención, no la que el otro había elegido sólo para quedar juntos. Había sido nuestra regla y todos la habíamos cumplido. NamJoon se había ido por Tramitación Aduanal, SeokJin por Administración y yo había elegido Trabajo Social.

Ahora que estudiábamos la capacitación, las clases se volvían tediosas y las tardes estresantes por la cantidad de tarea y exámenes para los que estudiar. A veces llegaba a frustrarme tanto, que terminaba botando todo y gritando que no podía. Pero el castaño que ahora camina hacia mí con una sonrisa en su rostro siempre se encargaba de hacerme recobrar la compostura.

—Tu mamá ha terminado de cocinar. ¿Bajas a comer?

—Sí —tomo los cuadernos sobre mi escritorio e intento apilarlos todos para no dejar un desastre, pero uno cae al suelo.

Bufo molesto y JungKook ríe mientras se agacha para tomar el cuaderno y entregármelo, pero en lugar de hacer esto último, lo observa fijamente, abierto en alguna página que tiene algo escrito que él lee casi sin parpadear.

—¿Diez razones? —lee el título en forma de interrogante y mis ojos se abren como platos.

—Ah, yo...

—¿Diez razones de qué?

—Bueno... —rasco mi cuello incómodo, avergonzado, mucho de ambos.

—Razón número uno: su manera de acomodarse las gafas con pulgar e índice.

—JungKook...

—Razón número dos: Sus ojos y todo lo que los acompaña -mirada, gestos, color-

—Oye...

—Razón número tres: siempre tendrás algo de qué hablar con él... —voltea a verme y mis mejillas se sonrojan. Tierra, ábrete y trágame, por lo que más quieras—. JiMin, ¿esto es...

—Es el borrador.

—¿Eh?

—Acabo de pasarlo a limpio ayer recién. Se supone que te lo daría hasta mañana, pero...

—JiMin...

—Sé que no es la gran cosa —digo mientras saco de uno de los cajones una cajita y un CD—. Pero, yo quería que supieras que de verdad te amo, y que hay muchas cosas de ti que me enamoran día con día. Quería que de alguna forma pudieras verte un poco a través de mis ojos —le digo entregándole el CD.—, y que supieras que eres alguien esencial en mi vida, mi complemento, mi balance, mi otra mitad —le entrego la cajita.

—JiMin, yo...

—No debes decir nada. Mejor abre la caja.

Lo hace. Quita el listón rojo y luego desprende la tapadera. Un nudo se forma en la boca de mi estómago.

—JiMin...

—¿Te gusta? Bueno, pensaba comprar un collar o algo así, pero sentí que un llavero sería mejor.

—¿Tú tienes...

—Sí —lo interrumpo a mitad de la frase. Saco mis llaves del bolsillo del pantalón y las alzo frente a su rostro, dejándole ver el Yang reluciente que cuelga entre las llaves—, eres el Yin de mi Yang, JungKook, y no encontré otra manera de decírtelo.

—Yo...

—Sobre el CD... puedes verlo ahora si quieres. No es, no es la gran cosa, sólo... —rasco mi nuca nervioso, sonrojado— es para que puedas verte un poco cómo yo lo hago.

diez razones para amar a JungKook ❀ jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora