Ch.7 El conocimiento duele

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Lincoln se había sentado en la banca de la parada de bus, ignorando el frio desde hace medía hora. Había empezado a nevar ligeramente.

Su mente aún repetía la llamada de Lori...

–Estaba con Bobby en la universidad cuando sucedió, fue ayer. Hoy el seguro declaró la pérdida total, supongo que querían quedar bien ante los medios... no sé –Lori se sonó la nariz por tercera vez durante la llamada-. Pero nadie pudo festejar, María; la madre de Bobby, sigue internada... no me quieren decir cómo está, pero creo que es grave.

El corazón de Lincoln empezó a latir más rápido desde que la plática empezó. Sí, él sabía sobre el asunto del incendio, pero no conocía los detalles y Lori en el primer acto inconsciente de su vida se los estaba contando todos, sin ocultarle nada.

– ¿No has sabido nada de Ronalda? Ustedes siempre fueron cercanos, estoy segura que si le ha hablado a alguien tienes que ser tú.

– ¿Qué? ¿Le pasó algo a Ronnie?

–Yo... yo no sabía si era lo correcto decirte.

–Lori, creo que ya es muy tarde para intentar ocultarme las partes feas –quizá podría ayudar a relajar a su hermana con algún comentario amistoso, algo que alejara la mente de ambos del horrible rumbo que estaba tomando la conversación.

–La abuela de Bobby, Rosa... ella asegura que fue Ronalda la que inició el fuego...

-o-

Lynn estaba parada en el marco de la puerta, Luna y Luan se ocultaban detrás de ella, todas estaban viendo fijamente a Lucy, quien sólo se movía ocasionalmente para arrancar una hoja de uno de sus viejos libros y copiaba su contenido en una libreta nueva. La niña estaba arrodillada escribiendo viendo de reojo la pared contaría; había dejado el vaso semivacío a su costado, la azúcar disuelta enturbiaba el agua. La gótica se puso de pie ocasionando que las mayores brincaran, Lynn meció el peso de su antiguo bate entre sus manos.

–Todo listo. Hermana mayor ¿Qué hacemos? –Lisa nunca pensó que diría esas palabras, ella que siempre era la que tenía las respuestas ahora estaba orillada a hacer el papel de "apoyo técnico".

–Dibuja esto –Lucy se acercó a su hermana casi deslizándose por el piso liso de cemento del sótano y le mostró una ilustración hecha a mano en su libreta rosa-, y tráeme un poco más de agua.

Al recibir la señal del señalador laser de Lisa, una máquina apoyada en un trípode disparó un láser contra la pared, lentamente se empezó a imprimir en un intenso color negro sobre un ladrillo de la pared un dibujo extraño, la tercer runa que llevaban en la tarde, tenían planeado dibujar otras nueve.

Lucy inclinó el cuello hacía atrás para poder beber, el resto del líquido deslizó por su garganta; a Lisa se le ocurrió que realmente se estaba obligando a tragar el contenido.

– ¿No quieres descansar? Ya llevamos acá abajo algunas horas y aún no me dejas revisar tú garganta.

Escupió parte del contenido, los hombros de la niña genio temblaron mientras veía la mezcla opaca escurrir por la escalera. El primer impulso fue correr a ocultarse detrás de sus hermanas en la escalera, pero ya podía escuchar la voz de Lincoln: "No molesten a Lucy, necesitamos estar para ella, demostrarle que es importante para la familia".

–Creo que nuestro propósito real es más importante –Lisa volvió a escuchar el castañeo de dientes, el gruñido se hacía cada vez más animal-, piensa, estás tan cerca de obtener conocimiento invaluable, no te quiebres tan pronto.

Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad fue a la cocina y regresó con el vaso lleno y una servilleta de papel.

El teléfono de Luna vibró, al desbloquear el aparato se topó con una notificación de "Flipp's, Comida y Combustible" desde que el viejo Flipp aprendió a usar el internet no pasaba un solo día sin llenar la red de anuncios. Ya estaba por volver a apagar la pantalla cuando vio el icono de la aplicación verde de mensajería iluminarse con un pequeño número "1" en color rojo brillante.

Say It Loud!Where stories live. Discover now