Say It Loud!

Ch.11 Los Enemigos Mortales (part 2)

Cadáveres y extremidades se amontonaban frente a ellos en lo que antes eran apacibles banquetas, tan rápidamente y a tal altura que por momentos se les dificultaba moverse libremente o poder ver el camino que tenían por delante.

Se habían dedicado por algunas horas a vencer y destruir a las criaturas que se acercaban a atacarlos, a eso se había reducido el "enfrentamiento final" a dedicarse a la simple destrucción de las fuerzas de avanzada y eso empezaba a pesar sobre los hombros de Lucy. Las mutilaciones e invocaciones ya no tenían la precisión experta que tuvieron durante los primeros momentos.

Ni Lincoln ni ella utilizaban únicamente su poder físico. Utilizaban todos los poderes de los que eran portadores. Llamaban al rayo, y en el caso de Lucy lanzaba hechizos, arrojaban todo lo que pudieran mover o arrancar. Utilizando el codo, Lucy logró derribar a cuatro bestias con un empujón y calcinó a media docena más con un rayo. Lincoln cayó desde el cielo, aterrizando sobre la cabeza de una criatura inusualmente más grande y resistente que las demás, y corrió moliendo a golpes a todos los demonios que les obstruían el paso hasta la calle Oeste.

Pero parecía que por cada enemigo vencido aparecían cinco más, creando una barrera impenetrable entre ellos y la plaza "Gran Central" donde permanecían escondidos la mayoría de los refugiados.

– ¡MIERDA! –Chilló Lincoln a través de sus dientes-. ¡ESTO ES INUTIL, DEBEMOS DEJAR DE ENTRETENERNOS CON LOS AYUDANTES E IR DIRECTAMENTE POR EL JEFE!

–Hermano, cálmate –logró decir Lucy mientras jadeaba-. No hay nadie más que pueda proteger a los pobladores.

Lincoln le dirigió una mueca desagradable.

– ¿Pobladores? ¿Has visto a alguien en la última media hora? –Lincoln señaló la cuadra entera, que parecía estar vacía de vida humana-. Puede que ahora sean demasiado poderosos como para ser encerrados. ¿No cree Maestra en dejarse abducir?

Antes que Lucy pudiera defenderse de las palabras de su hermano, llegaron otros veinte demonios alados. Girando en redondo Lincoln recibió los primeros proyectiles de fuego y atacó al grupo entero con una descarga eléctrica enorme.

Apesadumbrado se dirigió a una pared en ruinas donde se le unió Lucy.

–Perdón Luz, es que me empiezo a desesperar, ¿sabes qué? Mejor nos...

Aparecieron más enemigos disparando y destruyendo.

– ¡Para esos bastardos esto es un juego! –Lincoln tenía una expresión que sólo generaba preocupación para Lucy-. Pero si lo que quieren es una demostración de poder... ¡ESTOY FELIZ DE COOPERAR!

Lincoln gritó con el pulmón lleno, un rayo respondió al llamado. El ataque poseía tal potencia y rabia, que el cielo entero se iluminó, mientras el suelo debajo de Lincoln empezaba a agrietarse.

-o-

– ¿Dónde está la Alcaldesa? –exigió Pamela Foster a los tres guardias de seguridad privada plantados ante la entrada de la suite privada en el último piso del "Gran Central".

Junto a ella, uno de los oficiales tenía una mano en la empuñadura de su arma de cargo. Tras ambos, cuatro miembros de la policía local y algunos guardias del centro comercial se amontonaban.

Pese a ser notificados de su llegada, los imponentes hombres trajeados mantenían sus posiciones en pose defensiva e intimidante.

– ¿Dónde? –Insistió Pamela, dando a entender que hablaría con la alcaldesa. Ya fuera por las buenas o por las malas.

El mismo oficial levantó la mano sosteniendo el arma de cargo, cuando los guardias relajaron la postura y se hicieron a un lado. Uno de ellos tecleó un código en el panel de la pared y las puertas electrónicas se abrieron como todas las puertas en la plaza.