Embarazada a los 18

Capitulo 18

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CAPITULO 18

Veo como mi hijo Izan empieza a llorar. Es el momento de darle de comer, estoy nerviosa. Las manos me tiemblan tanto que siento que se me va a caer al suelo en cuanto lo coja. Miro a mi madre que esta con él en brazos, se levanta del asiento donde estaba sentada y me acerca a Izan que no para de llorar. Al ver que mi madre no puede calmarlo, lo tiene claro.

Quiere comer.

-Hija - hace un breve pausa - Tranquila, tienes que estar relajada - me susurra mi madre.

Apenas escucho lo que me dice. Los nervios están pudiendo conmigo.

Me levanto la camiseta.

Lo cojo en brazos y lo acerco a mi pecho ya descubierto. Veo como se queda callado, al acercarse a el empieza a mamar, como si llevara diez sin comer. Me quedo sujetándolo, con bastante nerviosismo. Es una sensación tan extraña que alguien pueda alimentarse de por mi cuerpo, pero después de haberlo echo nueve meses ya no me parece tanta locura.

Después de un varios minutos viéndolo comer con los ojos cerrados, noto que mi cuerpo se tranquiliza cuando se aleja de mi pecho. Mi pecho esta seco, ya no me duele.

-No era para tanto ¿Verdad? - escucho que me dice mi madre.

Niego con la cabeza.

-Mama - digo bajandome la camiseta, sin dejar a Izan en su cuna. Me gusta tenerlo en mi brazo - Puedes decirle a Leo que entre, necesito hablar con él - le digo a mi madre con una sonrisa fingida.

-¿Con Leo? No prefieres hablar con el padre del bebe, Saul - me dice mi madre con una cara de confusión.

-No mama, con Leo - veo su cara, le tengo que dar alguna explicación para que lo haga o seguirá haciendo preguntas - Es por algo de su madre - suelto sin pensarlo - Algo privado entre nosotros, porfa dile que venga.

Veo que se ha convencido y se levanta. Camina hacia la puerta. No dejo de mirarla a cada paso que da, quiero saber que hace lo que le he mandado quiero estar atenta de que va a venir Leo y no Saul. -Leo, mi hija quiere hablar contigo - escucho que dice, mientras escucho como alguien se esta quejando es Saul. Su voz de enfado por no poder entrar él.

Entra Leo.

Escucho como cierra la puerta, y solo a entrado él.

-Mira tu hijo - digo susurrando para que nadie me escuche. Le digo con el dedo índice que venga hacia nosotros, seguramente el este mas nervioso que yo hace un par de segundos.

-Nuestro hijo es precioso - susurra el también.

-¿Quieres cogerlo? No muerde - digo con una amplia sonrisa.

Niega con la cabeza.

-No, seguro que se me cae y le hago daño. Puede pasar cualquier cosa si lo cojo, estoy seguro - dice mirándome, muy asustado. Veo como sus manos brillan de lo temblorosas que están.

- Siéntate ahí - digo señalando el sillón donde hace un rato estaba sentada mi madre. Se sienta esta a un par de centímetros de mi, casi puedo tocarlo. Me inclino en la cama, y me levanto para acercarle el bebe a Leo.

Veo como al final estira los brazos para cogerlo. Lo coge con firmeza - Lo tengo -dice con un enorme entusiasmo, feliz. Me quedo mirándolo con su hijo en brazos, lo veo se nota que esta nervioso pero feliz. Esos ojos de amor cuando ves a tu hijo por primera vez en tu vida, ese amor eterno que ya sientes hacia él.

-Leo - digo haciendo una breve pausa antes de continuar - Tengo que pedirte un enorme favor.

Levanta a la cabeza, y me se queda mirando a los ojos.