Nuevo horario para subir esta historia sera el Lunes y Jueves :) Pronto tendréis una nueva historia muy especial !!
CAPITULO 23
Meses Mas Tarde (En casa de Saul)
Meses mas tarde. Seguíamos los tres viendo en la casa de los padres de Saul. La casa se hacia pequeña cuando venían los padres. Aunque nos acogieron con toda su buena fe, la casa solo contaba con tres habitaciones mas o menos pequeñas, nada comparado con mi casa de Castellón. Donde todas las habitaciones eran muy grandes. Izan acaba de cumplir seis meses, cada mes lo celebrábamos como si fuera su cumpleaños. Nos gustaba ver sus progresos tanto a mi como a Saul, que lo miraba alucinado. Ahora ya empezaba a girarse por si mismo, y cuando lo hacia se reía. Se notaba que estaba feliz.
Ahora también intentaba gatear cuando lo dejabas en el suelo. Pero solo podía hacerlo por la habitación de Saul, que era donde pasábamos el mayor tiempo cuando estabas en la casa de él. -Ya no quiero molestar mas - susurro, sin que él, pueda a llegar a saber que estoy diciendo. Estoy en la habitación mientras Saul esta trabajando.
Me pongo a jugar con Izan, cuando alguien golpea la puerta, al pensar que es Saul le digo enseguida que entre.
Cuando entra me doy cuenta que me he equivocado, es la madre de Saul. Me quedo quieta sin decir nada, sin saber como reaccionar a esta situación. Noto cómo mis manos empiezan a sudar cada vez mas y mas.
-Hola Laura - escucho que dice muy seria - Llevas ya mas de cinco meses aquí. Y no haces nada por ayudar y las cosas cuestan dinero. Tienes un hijo y nos cuesta cada mes mas de 400 euros y no pienso pagarte nada mas.
-Pero - digo nerviosa -¿Como voy a trabajar teniendo a Izan?.
-Bueno - dice ya mas relajada - Ha dos calles de aquí tengo una guardería podías cuidar de mis niños, mientras lo haces del tuyo. No te pagaría gran cosa pero así podrías ayudarnos en casa - dice muy seria, como dándome un ultimátum.
-¿Esto lo sabe Saul? Creo que debería saberlo - me quedo pensando en todo lo que me acaba de decir, se que a Saul no le va hacer ninguna gracia que le diga que me ha dicho que no este de gorra. La malas palabras.
-Si lo sabe. Lo hablamos el otro día, ya no te quedan biberones ni pañales. Y nosotros ni mi hijo os vamos a comprar mas, esto no es la pensión Loli - me dice - Además mi hijo tiene prohibido pagarte nada, no es su hijo. Solo es tu novio, si me entero que te paga algo del crio lo echare tan rápido como me gustaría hacerlo contigo ahora mismo - Ahora entiendo lo que decia Saul de que su madre solía ser borde. Con sus parejas.
Asiento con la cabeza.
-Trabajare con usted - digo bajando la cabeza.
Veo como sale de la habitación. No se que hacer, no esperaba que me hablase tan mal. Son casi las dos pero el estomago se me a cerrado de lo mal que me hablado. Me quedo la habitación estrecha siento que me falta el aire, que me cuesta respirar necesito salir de allí y ir a dar una vuelta. Debería ir a comprarle algo de comida para mi hijo, los potitos y otros alimentos que come ahora se están acabando en la pequeña nevera que tenemos en la habitación, Saul la compro cuando su madre se enfadaba porque la comida de mi hijo ocupaba sitio en su nevera. Abro la nevera veo y apunto en mi móvil lo que falta, y la vuelvo a cerrar.
Cojo a Izan en brazos.
Salgo de la habitación con mi hijo en brazos, veo que el padre no esta en el salón. Pero veo que ella sigue allí, mirándome de reojo, esperando que le de explicaciones de donde voy. Parece mi madre cuando tenia trece años.
-Voy al super para comprar algo de comida para mi hijo ¿Le hace falta algo? - pregunto para intentar caerle algo mejor, aunque se que eso es misión imposible.
-¿Y de donde has sacado el dinero? - me quedo con la boca abierta, enserio me acaba de preguntar eso.
-Me lo ha dado Leo, el padre de mi hijo. Aunque a usted no le interesa - digo saliendo y cerrando de un portazo la puerta. Nada mas salir me caen unas lagrimas que rodean toda mi cara hasta acabar en mi cuello.
Limpio mis lagrimas.
Camino hacia la tienda. Cuando me doy cuenta que se me olvidado la cartera en la casa. Entro por el garaje que lleva a la cocina, con suerte no la veré y no tendré que darle explicaciones. Voy caminando hacia la habitación parece que no me ha odio, cojo el monedero y salgo por donde entrado. Sin que nadie se de cuenta.
Enseguida retomo mi camino hacia la tienda.
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Embarazada a los 18
RomanceEsta totalmente prohibido la copio y/o adaptación de esta novela.