Capítulo 1.- Whisky.

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  Cogió el recipiente de cristal con la profesionalidad de un experimentado y se dispuso a secarla con el paño que aguantaba su otra mano. Juraría que aquella copa ya la había lavado al menos cinco veces, quizás más, pero no era de extrañar, su trabajo consistía en ello. La dejó a un lado y, con un ligero suspiro, se apoyó en la barra esperando escuchar alguna conversación que lograra entretenerle al menos por un rato. 

-¿Viste el  último partido de los...

No.

-Te repito que yo nunca dije eso. Yo dije q...

Tampoco. 

-¿Sabías que en el año...?

Bien, retirada. 

Se reincorporó e hizo el ademán de buscar otra actividad que pudiera divertirle durante las horas de trabajo, pero no llegó a hacerlo, pues un sonido fuerte e inesperado llegó a sus oídos. Giró su cabeza con rapidez en dirección al ruido y se encontró lo que, para sus ojos, era una escena del todo cómica.

Un hombre de mediana estatura cojeaba agarrándose el pie mientras soltaba una gran cantidad de improperios al aire. Por esta acción dedujo que el hombre acababa de darse contra una de las sillas del establecimiento y que, al juzgar por su expresión, le había dolido más de lo que hubiese esperado. 

Tras un largo rato en el que el dolor del individuo y los insultos por parte de este fueron disminuyendo al mismo tiempo que las ganas de reir del camarero, las dos miradas conectaron. En ese momento, el barman supo que ese desconocido sería quien acabara con su aburrimiento en aquella tranquila noche. 

-Buenas, niño. Sé amable y ponme un whisky, ¿quieres? 

El hombre se acercó a la barra y se sentó en ella, apoyando su mejilla contra su mano. Lucía un tupé informal perfectamente ordenado, una barba de candado muy cuidada y vestía un traje, bastante costoso, de color negro y sin corbata. Su voz sonaba rasposa y no hablaba de manera fluida, por lo que no era difícil adivinar que el pedido mandado no era su primer trago del día. 

El más joven hizo caso y le sirvió la copa, sin hacer ningún comentario. El contrario parecía estar pasando por una mal momento, tenía los ojos rojizos y húmedos, al igual que sus mejillas. Su mirada estaba perdida en algún punto dentro de la bebida servida. La mano de este agarró firmemente el vaso y se lo llevó a la boca, donde tragó bastante de una sola vez, como si no le afectara el alcohol...o como si realmente lo necesitara.  

Sin previo aviso y despúes de dejar el vaso de nuevo en la barra, se desplomó hacia delante sin fuerzas y rompió a llorar, sin importar quien o cuanta gente pudiera verle. Su rostro estaba oculto bajo sus brazos, en los que estaba apoyado. Por suerte, el único que se había enterado de su momento de debilidad era el camarero, quien lo miraba con lástima y sin saber que hacer. 

-S-señor, ¿está usted bien?

El aludido no contestó, seguía dejando que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas y que de vez en cuanto un jadeo o suspiro de tristeza escapara de sus labios. Podría haber logrado retener el llanto, podría haber fingido una de sus clásicas sonrisas arrogantes y hacer como que nada ni nadie le afectaba, pero, ¿qué más daba?, tenía suficiente alcohol en las venas como para preocuparse de su imagen. 

Ahora mismo todo le daba igual, es más, hubiese seguido llorando, incluso maldiciendo en voz alta, pero la mano tímida de otra persona tocó su hombro unos pocos minutos después. Alzó finalmente la mirada y se encontró los ojos marrones del joven barman cargados de preocupación. Pasó ambas manos por su cara y se limpió el resto de lágrimas de sus ojos. Tenía que moderarse un poco, cierto era que estaba dolido y deseaba poder descargar bebiendo y sollozando, pero aquel chico aún era pequeño y no tenía porqué consolar a un completo ebrio y desconocido sujeto.

Emitió un muy suave suspiro y sonrió como pudo. 

-Gracias por preocuparte, chico, pero estoy bien. -mintió sin pretender que el otro se lo creyera, simplemente era pura formalidad.- ¿Cómo te llamas, chaval?

-Peter Parker, señor.

-Encantado, Peter. Tú me puedes llamar Tony.

-De acuerdo, Tony.

El moreno cogió su whisky y le dio otro trago, dejándolo prácticamente vacío.- y dime, Peter. ¿Te gustan las historias de amor? -preguntó sonriendo, esta vez sí, de forma sincera. 















Nota de autora: Esta es la primera historia que publico. No la que hago, pues empezados y no terminados, one-shots y de más tengo de sobra, pero sí la que publico, tanto de Stony como de cualquier otro ship.

Así que espero que les guste y que disfruten leyéndolo.

Bye, Love you 3000 🖐💙

Camarero, otra ronda.  -Stony. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora