04 de septiembre del 2013

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Querido diario:
Me siento como un idiota haciendo esto pero con tal de darle el gusto a la psicóloga esta bien.
Mi nombre es William Fletcher Robinson Curtis, pero todos me llaman Will, tengo 15 años y vivo en Los Ángeles, California.
Fui diagnosticado con bipolaridad leve y trastornos de agresión después de atacar a mi padrastro con el cuchillo mas grande que encontré cuando me intentó regañar por haber roto una ventana aventando piedras a las palomas del techo.
Después de que mi padrastro lamentablemente se recuperó de la puñalada que le di en la espalda fui a parar con la psicóloga Eleonor Dumond y ella me pidió hacer esto, si no fuera por que es excesivamente hermosa no le haría el mas mínimo caso.
Pues bueno, después de despertar y ducharme salí al colegio, mi madre no me habla desde que mi padre dejó de hacerlo, no desayuné pero pareciera que las miradas cargadas de odio de mis padres agriaron la leche por que mi hermana menor, Judith tampoco quiso comer.
En el colegio todo fue aburridamente normal, primer día de clases, nuevos estudiantes, nuevos profesores, nuevos colores en las paredes, nuevo horario y muchas otras cosas irrelevantes.
Todo fue monótono a excepción de una de las chicas nuevas en mi salón, pelirroja, excelente cuerpo, no era ni muy voluptuosa ni muy plana, ojos verdes, varias pecas salpicaban su blanca tes, se formaban huecos en sus mejillas cuando sonreía y sus perfectos labios dejaban entrever dos lineas de brillantes dientes blancos, y llevaba su rizado pelo rojo en una cola de caballo que dejaba dos mechones enmarcar su redondo rostro.
Su nombre era Roxana, pero como suele pasar la chica guapa va con los deportistas populares así que ella como muchas otras cayeron a los pies de Erick, el líder del equipo de basquetball del colegio, y honestamente si fuera mujer yo también iría con él, era alto, rubio de ojos azules, musculoso, no era el mas inteligente pero absolutamente todas caían a sus pies.
Salí del colegio pensando en Roxana, subí al autobús, llegue a mi casa, mi madre no me regresó a ver, mi padre sigue fingiendo que medio fallece todo el tiempo, mi hermana sigue creciendo, todo normal, este diario será un desperdicio por que nada interesante será escrito en él.

Diario de un chico absolutamente anormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora