Un amor inesperado

Capítulo 5

EMMA'S POV

- REGINA MUÉVETE!

Me giré hacia mi acompañante, que estaba detrás de mí.

- Emma... no corras... uff...

- Fuerza y ​​coraje Regina, ¡todavía nos quedan muchas casas por visitar!

- No veo la hora...

- Venga, no me arruines toda la diversión!¡Vamos!

Esa noche visitamos varias casas, yo era feliz como una niña, siempre me había encantado Halloween.

- Emma, ​​¡espérame!

- Debe moverse, su majestad.

- Emma, ​​por favor, para.

- Está bien, está bien.

Me detuve y la miré, divertida.

- ¿Cansada?

- No te rías de mí, perra

-Oh oh oh, Regina, no seas tan malvada, por caridad.

REGINA'S POV

La miré sin decir nada, inmóvil.

- ¿Regina?

No respondÍ.

- ¿Regina? Vamos, estaba bromeando.

Emma se acercó con su carita de cachorrito. Cuando estuve lo suficientemente cerca, salté sobre ella.

- ¡REGINA! ¿ESTÁS LOCA?

Caímos al suelo, en medio de mis risas y sus protestas.

- ¡Regina, REGINA, déjame levantarme!

La tenía clavada al suelo.

- Discúlpate.

Murmuré. Realmente no estaba ofendido, pero era divertido jugar así.

- ¿Qué estás diciendo? Redina venga, levántate.

Aunque ella también se estaba riendo.

- Su majestad, ¿le importaría levantarse de mi cuerpo para poder levantarme de la acera?

- Primero pídeme disculpas, y luego me lo pensaré...

Respondí provocativamente.

Comencé a hacerle cosquillas.

- NOOO REGINA POR FAVOR, JAJAJA DETENTE

- Exijo tus disculpas, Emma Swan.

- ¡REGINA!

Emma comenzó a ponerse roja, así que decidí darle un momento de respiro y me arrodillé a su lado. Le sonreí maliciosamente.

- L-lo siento...

- Ah-ah! Lo sabía.

Extendí la mano y nos levantamos de la acera.

- ¿Conoces la compasión, Regina?

- Si no la conociera, todavía estaría encima tuya haciéndote cosquillas

Emma murmuró algo, me reí y puse su brazo alrededor mio.

Terminamos el recorrido que habíamos planeado previamente y me acompañó a casa. Emma me puso mala cara durante todo el camino.

- Ehi Emma

- ¿Mmm?

- ¡Vamos, no estés ofendida... Emma! Sigue así y empiezo de nuevo con las cosquillas.

Emma se alejó y comenzó a caminar rápidamente... Nos echamos a reír y a perseguirnos, como dos niñas pequeñas jugando a perseguirse.

- ¡Eh, Emma!

Una voz la llamó. Era su madre, que había visto la escena desde el porche de lo que debía ser la casa de Emma, ​​divertida. Nos acercamos.

- ¡Hola mamá!

- Buenas noches, señora.

- Llámame Mary, querida!

Dijo amablemente y luego se volvió hacia su hija.

- Veo que te divertiste, amor.

- Mucho, mamá.

Mary sonrió y se giró hacia mí.

- Reina, ¿te gustaría quedarte a cenar en nuestra casa? Puedo preguntarle a tu madre y...

- ¡Con mucho gusto! Puedo preguntarle yo, espere un minuto.

Me alejé de madre e hija y llamé a mi madre.

- Hola.

- Hola.

- ¿Puedo quedarme a cenar en casa de mi amiga?

- Como quieras, adiós.

- Adiós.

Corté la llamada y suspiré... siempre era así, mi madre...

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