#1. Margaritas

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Antes de llegar a la habitación correspondiente, Paul se encuentra un manojo de margaritas frente a la puerta, no tienen destinatario ni remitente. Sólo una frase que dice:

"Para alguien especial"


Entra al estudio con el ramo entre las manos.

-Chicos, ¿a quién le enviaron éstas flores?

-No lo sé. Quizá a Ringo -se come una galleta.

-¿Ringo?

-A mí ni me vean, odio las margaritas.

-Pero si son lindas -aspira el suave aroma proveniente del ramo.

Entra el castaño con el cabello desaliñado y la ropa mojada. Algo malhumorado.

-John, ¿esto es tuyo? -se vuelve a él con cara de pocas pulgas.

-Sí.

-¿Te las enviaron?

-No, las envíe.

-¿Para mí? -sonríe como adolescentes enamorada.

-¿Qué cómo crees? Son para Yoko, ni que fuera gay -le arrebata el manojo.

-Y-yo pensé que...

-¿Eran para ti? -sonríe burlón -¡Ja! Escuchen chicos, el cara de bebé pensó que se las mandé a él.

Ringo y George se ríen a carcajadas, también lo hizo Martin y Brian. Paul se mira sus zapatos y sorbe su nariz, tratando de tranquilizarse.
Durante las sesiones, los chicos no dejaban de burlarse de la ingenuidad de Paul; especialmente John.

La tarde fue dura para el pelinegro pues debía aguantar las burlas de sus compañeros ya que si les protestaba sería más molesto el rato.
Lo único que le quedaba era callar y aguantar. Las lágrimas estaban al borde.

~•~

Al final del día, en los estudios de Abbey Road, cuando los chicos se salían de la habitación, se queda Paul sentado mirando las flores. Triste. Lennon lo observa y va hacia él.

-En realidad, las flores eran para ti -murmuró cerca de su oído para despedirse con un beso en la mejilla.

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