Capítulo 2: Un verano de amor, odio y rencor

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Llegó el verano, yo seguí quedando con mi gran amiga Bero (la pelirroja) Nelson y Jaime.

Pero esta vez vino alguien más, una chica llamada Mirta, era bastante tímida e introvertida no como yo, fui muy maja con ella pero ella sólo competía conmigo. Intenté muchas veces acercarme a ella pero ella sólo me despreciaba, aún así yo ponía la otra mejilla por mi grupo. Pero aún así ese fue un gran verano, ya que conocí a Robin mi SEMPAI (No os confundais, eso significa persona a la que amas, es que sé mucho japonés de haber visto Elfen lied, que aunque estuviera en castellano yo sabía leer los labios). Robin era maravilloso, era muy callado, no me faltaba tanto al respeto como el resto, sólo tenía una media de 2 insultos por tarde, a diferencia del resto que sobrepasaban los 15. Su larga melena negra ondeandose al viento, él siempre se estaba fijando en mi, y no porque siempre estuviera mirando hacía él sino también porque muchas veces rozaba su piel con mi mano aunque como una señorita; yo le decía que era sin querer. Por desgracia, siempre tenía que estar alerta, ya que el resto del grupo se oponía a nuestro amor. Bero con b (pelirroja) siempre me decía de forma muy hostil:

TU-NO-LE-GUSTAS

Esas palabras me hicieron daño, MUCHO DAÑO. Sólo estaba celosa de que yo tuviera a alguien a quien amar y que no fuera pelirroja. Jaime y Nelson (los geis) siempre me gastaban bromas diciéndome que mi gran amor era maricón, claro como ellos son geis todo el mundo tiene que serlo; sólo lo querían para ellos. Pero la peor de todas era Mirta, que no paraba de intentar quitarme a mi SEMPAI. Siempre que yo le miraba, ella tambíen lo hacía y aunque no dijera nada yo podía verlo en su mirada lasciva, a veces ella incluso le guiñaba él ojo y aunque dijera que era un tic todas sabemos de qué va la cosa.

Pasaron los meses y ya no sabía como llamar más su atención cada vez le tocaba más y en más zonas, y aunque él se apartaba, yo sé que lo deseaba. Siempre le decía que le queria y aunque él me respondiera llamándome estúpida yo sé que sólo disimulaba por el resto del grupo (no comprendían nuestro amor).
Supe que me quería de verdad cuando un día escribí SEMPAI en una pared con un rotu, le dije que iba por él y no pudo evitar reirse(de lo feliz que era).

Carolaima:Un amor sin penas y sin pelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora