Capítulo 6: Una rata calva, con chupa y navaja

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Así llegó la noche y yo me puse mi mejor conjuntito del desigual; tuve suerte me encontré con mi profesora de castellano que me estuvo aconsejando, me dijo que dejara los estudios que no tenia futuro pero yo se que solo lo dijo para ponerme a prueba y viera que valia para eso. Cuando llegué a aquel bar, que aunque algunos dijeran que era de pedófilos a mi me parecía encantador. No había muchas personas, de los 40 que había invitado sólo llegaron 5 pero a mi no me importaba; sólo quería verle a él, estaba impaciente esperando a un hombre valiente, alto fuerte y guapo, pero llegó Don Limpio. Cuando le vi entrar por aquella puerta era más de lo que podía imaginar, cuando lo vi quedé cegada por el reflejo de la luz del foco en su calva, MUY CALVA. Mi hombre brillaba con luz propia.

No podía creer lo que estaba viendo, aquella cabeza sin pelos salvo en las orejas, aquella barba tan masculina y con esa mirada seductora, activaba mis instintos de mujer, instintos que no conocí hasta aquel momento. Se acercó a mi lentamente y con esa voz tan sexy dijo:

-Invitas tú no?

No podía creer es la primera vez que le escuchaba y antes de que pudiera decir nada me comió la boca como nunca antes nadie me la habían comido. La noche acabó pronto, nos echaron del bar dijeron que mi novio no era apto para salir a la calle, ni siquiera para estar en casa. Antes de que me diera cuenta le sacó la navaja al camarero que se lo dijo, pero tras una ardua batalla; de dos hostias lo mandó a la calle. Nunca me había sentido tan atraída por un hombre al verlo pensé: eres lo único bueno que tengo en mi vida, pero lo mejor vino cuatro días después cuando volvimos a vernos por segnda vez en persona, después de una hora de silencio me pidió matrimonio, no podía creermelo, sólo una semana y ya me pidió matrimonio. Por supuesto dije que SÍ.

Carolaima:Un amor sin penas y sin pelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora