III

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Ley de Confraternización

III

Hombre en Investigación.

...

Ash se despertó esa mañana con una sonrisa en su rostro, llevaba dos semanas viviendo con Misty, en esas dos semanas había descubierto muchas cosas de él que quizás había olvidado.

Primero, trabajar como Guía en el acuario de ciudad Celeste se convirtió en su actividad favorita. Conocía como la palma de su mano aquel edificio, por ende, conocía tan bien cada detalle, que los visitantes quedaban encantados con sus historias. Todos querían regresar.

Los martes y jueves ver pelear a Misty en el gimnasio Pokémon, despertó la flama de la competitividad que ardía en su interior, cosa que lo dejó tan emocionado, que no veía la hora de que la pelirroja se fuera a Johto para poder combatir en su lugar. Y ayer, había sido ese primer martes como líder subrogante en donde tuvo batallas, las cuales dejaron a los retadores sin medallas Cascada de su parte.

Y el tema de la oficina con Bárbara, lo encontraba bastante entretenido. No era su actividad favorita, sin dudas, pero la joven rubia hacía las horas laborales mucho más llevaderas. Incluso, las pocas palabras que intercambió con Victoria, demostraban que ambas mujeres eran de confianza en efecto.

Otra cosa que le sorprendió al moreno, fue que cuando Misty le contó que pasaba los fines de semana hecha un bollito en el sillón, comiendo y viendo dramas en la televisión, no le había creído del todo, hasta que el primer sábado la encontró en esa posición la mayor parte de la mañana. Su cabello era un rodete destartalado, su cara estaba limpia de maquillaje y vestía un buzo desteñido azul. Buzo que él reconocía muy bien. Se lo había regalado para su cumpleaños dieciocho, antes de que ella fuera la famosa dama de hielo de los negocios en la que se había convertido desde hace diez años. Le sorprendió que aún lo tuviera, con la cantidad de trajes de diseñador que vestía a diario.

Y aunque ella le dijo que no iba a compartir su descanso con él, finalmente terminaron haciendo un panorama los dos juntos.

Ash se sentó en la cama y movió la cabeza para ambos lados justo cuando un mensaje le llegó al móvil. Esperaba que no fuera su esposa perdida, de la cual no sabía nada desde que lo echó.

Buscó el móvil y sonrió al ver que era un mensaje de Misty.

«¡Arriba hermanito, es hora de levantarte que te espera un grandioso día de oficina!»

Ash solo le envió un sticker de un gatito ocultándose para seguir durmiendo.

«Es bueno saber que estás despierto, lamento lo de la reunión a última hora. Realmente no puedo regresar todavía.»

Tras pensar que decir, volvió a mandar un sticker, esta vez de un perro con la mano en la cara. No pudo evitar reírse cuando notó que la pelirroja se ponía a escribir nuevamente, por lo que la interrumpió.

«Tranquila»

«Hablé con Bárbara anoche, ya me informó de todo. No temas, confía en mí. No olvides, soy el mejor.»

Ante su mensaje solo consiguió un emoji sacando la lengua.

«Ya, te mando un mensaje en cuanto salga de la reunión» le envió.

«A las cinco estoy libre, llámame mejor a esa hora»

«Ok, ten buen día»

«Igualmente»

El hombre dejó el celular y se fue a bañar, realmente iba a ser un largo día.

...

Eran cerca de las siete de la mañana cuando Ash ya estaba vestido frente al espejo. Se había vestido con un terno azul marino y una camisa celeste clara, observaba la corbata azul oscura manchada de puntitos blancos con un tic en el ojo. ¿cómo era que se hacía el nudo?

Ley de ConfraternizaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora