Ley de Confraternización

V

Ley de confraternización

V

Hombre en Acción.

...

El ambiente estaba muy tenso en la sala de conferencias de la corporación Celeste, los distintos directores de las áreas que la componían, se debatían entre ellos el motivo por lo que la presidenta los había llamado con el código que usaban para «urgencias»

Misty entró con todo el porte y elegancia que la caracterizaba, instantáneamente todos los presentes se sintieron intimidados por la mirada gélida de la dueña de todo aquello. Un paso atrás de ella estaba Ash, quien, tras una rápida reverencia, tomó asiento en el puesto a la derecha de la presidenta, levantando rápidamente murmullos.

—Estimados —dijo levantando la voz para que la oyeran—, he citado a esta reunión urgente porque necesito que ustedes me ayuden a elegir el mejor castigo para uno de nuestros miembros que ha cometido una falta grave —nuevamente los murmullos no se hicieron esperar—. Pido despedir a la persona que sale en este video. Victoria —llamó a su asistente, quien no tardó en activar la pantalla frente a ellos en donde se veía la copia de la cámara de seguridad del estacionamiento. Las miradas no tardaron en dirigirse a Beltrán.

—¿Qué? —exclamó— Solo soy yo hablando con el amigo de mi hijo, ¿eso es una grave falta?

—Nop —Misty hizo estallar la «p» con sus labios antes de que empezara el otro video—, esto lo es.

Silencio. La mesa compuesta por más de quince hombres estaba totalmente sumergida en silencio mientras veían el video donde uno de sus compañeros planificaba jugar con los sentimientos de su presidenta.

—Escucho opiniones —dijo Misty, para sentarse en su sillón y entrelazar los dedos de sus manos.

—Yo estoy en contra de despedirlo —la pelirroja miró a Owen, él era uno de sus hombres de confianza, le extrañó aquello. El hombre se puso de pie—. Señora presidenta, nosotros podemos tener muchas diferencias con usted, pero estoy seguro que mis compañeros y yo, sabemos que si nos acercamos a usted podemos llegar a un consenso pero eso... —miró a Beltrán, el hombre mayor no había perdido su orgullo, miraba victorioso a Owen, como si no pudiera hacer nada contra él—, solicito que sea él, el que renuncie a su posición —ante aquello Misty se sorprendió, al igual que todos los presentes que empezaron a afirmar con la cabeza—. Si lo despedimos seguirá teniendo regalías de la empresa como indemnización, lo mejor que puede hacer es renunciar e irse sin nada.

—¡Tú grandísimo! —Beltrán se levantó furioso, dispuesto a golpearlo, pero la voz de Misty lo detuvo.

—Excelente idea —dio un aplauso y se puso de pie—. ¿Sometámoslo a votación? Quien quiere que Beltrán sea despedido —claramente ninguno de los presentes, levantó la mano— ¿Quién estima conveniente que el mismo presente su renuncia? —respuesta unánime, Misty afirmó con una sonrisa y miró a Victoria—. Anota los resultados por favor.

—¡Ya verán! —se puso de pie, y salió de la sala dando un golpe a la puerta.

—Bueno —Misty tosió para acomodar un poco su voz—. Owen —el mencionado que aún estaba de pie, la observó—, usted está al tanto de las cosas del área del museo de ciudad Celeste, ¿verdad?

—Así es —afirmó, un tanto confundido.

—Bueno, mientras encontramos alguien que pueda reemplazar a Beltrán, ¿podrías hacerte cargo de esa área?

—¿Y el área publicitaria? —preguntó preocupado. Misty sonrió y miró al hombre a su derecha que parecía ajeno a la reunión—. Tengo alguien ideal para ese puesto momentáneamente.