DRAGONES

II ACADEMIA

Normalmente los padres se niegan a que sus hijos asistan a esta escuela, no se fían de la gente de las tinieblas por mucho que prometan ... Pero es casi insultante la insistencia de mi padre para que me forme aquí. Pero pensándolo bien, tiene tres hijos legítimos y creciditos, yo ... solo soy yo.

Respiro con hastío cuando me coloco en la fila de iniciados con mi maleta y una gran bolsa colgada en mi hombro.

Si mi padre me quiere aquí es porque necesita información desesperadamente.

-No la cagues Haske- murmuro para mi.

Antes de venir me han informado que esta academia estudia principalmente la historia y la naturaleza de todos los reinos, y si su información sobre los demás países es tan acertada como la que tiene del mío ... Es información de un valor incalculable.

Voy caminando por los pasillos buscando la habitación. 565. 566. ¡567! Aquí

Después de instalarme decidí bajar sin mezclarme con nadie. No es algo que me importa mucho, ya que ese es el trato al que estoy acostumbrado a recibir en casa.

A la mañana siguiente conocemos a nuestro profesor, el cual es un tini (raza de las Tierras de las Tinieblas) bastante delgado y huesudo, todo su globo ocular es negro como el carbón, de piel apagada y del color de la pimienta. Tras mirar a todos y cada uno de nosotros sonríe.

-Parece que tenemos a diez elfos más o menos, no me sorprende sois los más valientes a la hora de enfrentar estos territorios- sonríe hacia un grupo de personas (generalmente chicos) con pelo de color cobre y ojos verdes muy intensos - celestes, bienvenidos - se dirige a la esquina en la que estoy sentada, me queda mirando unos instantes con una mirada sorprendida, probablemente por el parecido de mis ojos con los que están sentados apenas unos metros de mí. Seguramente el profesor supo que era mestizo por el peinado celeste, hagamos lo que hagamos siempre está alborotado, pero de forma elegante ... espero.

-¡Nueve tinis! Esto es más que el año pasado- el profesor se vio notablemente más contento de ver a su gente en su clase -Esto si que es una sorpresa ... pingüinas- sus ojos brillan peligrosamente.

-Ykias- dice la del medio.

-¿Perdón? - el profesor parece estar deseando castigarla a la mínima impertinencia.

-Se dados ykias, no pingüinas-

Todos nos giramos a verlas, se trata de tres chicas con el pelo especialmente blanco. Rara vez salen de su territorio.

-Si bueno- carraspea un poco molesto- en fin, como todos sabéis, el mundo está dividido en cuatro reinos desde la guerra del dragón. Estos se decidieron según la variación genética que realizó su país. El Reino de las Tinieblas podría que su población pudiera ver el aura de cualquier cosa, ver cuándo los demás no ven, por eso tras la guerra se situaron en un lugar en el que les beneficiaría, la cual es la localización actual del reino. Su voz comienza a alejarse de mis oídos. Empieza a hablar de datos irrelevantes y fijos en el chico que tengo al lado. Tiene el pelo rojo élfico. Cuando se percata de mi mirada ambos nos sorprendemos.

Sus ojos no son verdes, son marrones ... es un mestizo.

-El Reino Élfico se caracteriza por su gran destreza muscular, en su momento los científicos se empeñaron en cambiar y mejorar el combate físico de su gente, cosa que debería controlar- diciendo que el profesor -Ninguna raza ha encontrado a los elfos si estos no querían dejarse ver, en su momento eran comparados con esos guerreros casi prehistóricos ... Los ninjas. Por supuesto el pelo y los ojos fueron una invención suya para saber quién heredaba esos genes. Supongo que sobra decir que viven en un lugar con mucha fauna y que implica mucho ejercicio físico.-