SasuNaru ~El Lado Luminoso de la Vida~

Capítulo 24

Bang-bang-bang

Gaara se puso de pie cuando vio a su padre salir del cuarto. Sacudió el polvo inexistente de su inmaculado traje y vio a Rasa quitar los guantes manchados con salpicaduras de sangre, que fueron provocadas por los disparos. Observó como limpiaba sus brazos con un paño y luego lo tiraba al cesto de la basura, en conjunto con los guantes anteriormente usados.

—Deshaganse de ese trío de incompetentes.

Ordenó a los guardias que estaban de pie allí, a un lado de la puerta. Estos asintieron casi mecánicamente por el temor que les causaba el ser eliminados de la misma manera. Gaara se acercó con una sonrisa que, en aquel momento, era de pura satisfacción al saberse que los responsables habían sido erradicados por sus errores.

—¿Lograste averiguar algo, al menos?— interrogó a aquel ser que se hacía llamar su padre.

Este, solo entonces, se digno a levantar la vista para ver a su primogénito.

—Nada— dijo, regresando su vista a la pantalla de su celular para informar a su jefe de lo ocurrido esa noche. —Les di la oportunidad de redimir su error y no supieron aprovecharla. ¿Que tan difícil puede ser seguir a una vieja que, prácticamente, está a punto de morir?.

Gaara enarcó una ceja y parecía divertido, pero no dijo nada al respecto. Por el otro lado, decidió decir:

—Si no lo hacías tú, lo haría yo. Independientemente del resultado de su redención, su error fue dejar la puerta abierta y por tal hecho debían morir. Solamente para que los demás observasen que los errores, muchas veces, pueden pagarse caros y supieran quienes están al mando aquí y que deben obedecer nuestra autoridad a como de lugar.

—Hmm— fue la escueta respuesta de Rasa. —De todas formas, debes apresúrate en traer a ese Doncel con su pequeño bastardo a esta casa, bien que nos hace falta servidumbre y al menos tendrías con que distraerte— Rasa relamió sus labios. —Dile a Haku que lo espero en mi habitación, estoy muy cachondo y quiero desfogarme, desarmar a ese muchacho siempre resulta ser la delicia misma.

Gaara sonrió y sus ojos se oscurecieron.

—Me parece buena idea, yo también ando cachondo y no habría nada mejor que un trío, hace mucho que no practico uno.

Y Gaara se fue, con dirección a la cocina. Lo encontró allí y le hizo señas para que lo siguiera. El pulso de Haku saltó disparado en todas direcciones al creerse descubierto. Aún así lo siguió.

Haku lo vio al pie de las escaleras y se acercó un poco temeroso.

—No tengas miedo cariño, mi padre tan solo te esta deseando en este momento.

Haku se dejó guiar sin resistencia, ya estaba acostumbrado a todo aquello.

Gaara entró a la habitación e hizo que Haku entrara también y cerró con pasador, quedando los tres adentro. Rasa estaba acostado en la cama con toda su ropa puesta y observó como Haku había comenzado a desvestirse.

—Detente— ordenó, ya que su hijo se uniría a ellos por primera vez, haría que fuera algo muy sabroso para ambos. —Acércate— quería desnudarlo él.

Observó con deleite como el adolescente se acercó a él y su polla palpitó en su pantalón, el deseo corría ardiente por todo su cuerpo.

Rasa le hizo dar vuelta cuando lo tuvo completamente desnudo a su merced y sus manos toquetearon el trasero del adolescente. Tomó la mano del joven y la puso sobre su polla vestida, para que el chico sintiera cuan duro le ponía. Puso su otra mano sobre su cabeza y le obligó a arrodillarse frente a él, haciendo que la cara del adolescente quedara frente a su dura polla.