«Capítulo 4»

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Los personajes son propiedad intelectual de Masashi Kishimoto (岸本斉史).

La historia es completamente de mí autoría.

Disfruten...

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Capítulo 4

El tiempo paso, y lo que Sakura había esperado por largos meses al fin había llegado.

Una noche fue en la que empezó a sentir molestias por su embarazo, sabía que estaba cerca a dar la luz, pero no espera que ese "cerca" fuera aquella noche.

Por suerte su hija acudió rápido a su llamado, con la ayuda de ella irían al hospital para conocer al nuevo integrante de la familia.

Sarada en esos meses se había puesto más protectora con su madre, ella sabía que si su padre no estaba, la seguridad de la familia caería en sus manos.

Es así como una noche nació el menor de los Uchiha.

—Es un varón —dijo su maestra con voz alegre, quien fue ella en esta ocasión la que la ayudo a dar la luz a uno de sus hijos. —Que por cierto es muy lindo, Sakura.

—Tiene razón, es igual a Sasuke, con excepción de los ojos, esos lo heredo de ti —Karin no podía faltar, al saber que Sakura estaba embarazada otra vez y con Sasuke fuera ella quería ayudar, es así como se había convertido en una hermana para la peli-rosa, no se había separado de ella en esos últimos meses.

—¿Cómo lo llamaras? —todas en la sala quisieron saber.

Recordó entonces, cuando estaba en su viaje con Sasuke, y supieron que iban a ser padres le preguntó cómo le gustaría que se llamara el bebé que venía en camino, a lo que él respondió que si fuera varón se llamaría Itachi, tal vez su hermano no haya tenido la vida que él quiso, pero quizá esta misma vida le de otra oportunidad, quizá esta vez pueda tener una vida feliz con su familia.

—Itachi, Uchiha Itachi —respondió al ver por primera vez a su bebé, se dijo que haría todo con tal de que Itachi tuviera una vida tranquila y feliz, viviría por él, lucharía por él, moriría por él, por él y por su hija, así lo haría.

«サスサク – Promesas»

—¿Nerviosa? —cuestionó un joven pelinegro de su lado.

—Para nada, sé que mi madre es fuerte y por lo tanto todo está bien, ella y mi hermano están bien.

Y aunque Sarada no lo quería demostrar si estaba nerviosa, ya quedaba poco tiempo para conocer a su hermano, y no podía ocultar su nerviosismo.

—Si estas nerviosa —se burló su acompañante, dejando ver su leve sonrisa en su rostro,

—¡Que NO! —gritó, y es que a veces Kawaki lograba sacar su mal carácter.

La familia Uzumaki estaba presente, al enterarse que Sakura estaba en el hospital no dudaron en ir para allá, llegaron todos en compañía de Kawaki, pues él ya vivía con ellos y era considerado parte de la familia.

Minutos, que para Sarada fueron horas, salió Tsunade con una sonrisa en su rostro.

—Ya ha nacido —dijo con una gran sonrisa. —Sarada tu madre quiere verte.

Ella comenzó a caminar rápido, pero poco a poco fue bajando su ritmo hasta dar pasos lentos y por último quedo parada frente a la puerta, estática. En un principio estaba nerviosa y ansiosa por conocer a su hermano, y ahora tenía miedo, miedo de no poder cumplir con su promesa.

—No los hagas esperar, Sarada —le animo el séptimo, colocando su mano en su hombro y dándole un leve empujón.

Decidida nuevamente camino hacia el cuarto de su madre. Iría a conocer a su hermano, iría con su familia.

«サスサク – Promesas»

Al abrir la puerta pudo ver a la peli-rosa en una camilla, se la notaba cansada, pero con un brillo en los ojos que hace tiempo no veía.

Sakura sostenía a su hijo en los brazos, no podía dejar de sonreír, era el bebé más hermoso que había visto luego de su hija, estaba tan concentrada en el niño que no sintió cuando Sarada entro.

—Mamá —mencionó nerviosa sacando de sus pensamientos a la peli-rosa.

—Sarada, ven cariño acércate —le tendió la mano, —te quiero presentar a alguien.

Sarada para ese momento temblaba, iba a conocer por fin a su hermano. Fue caminado lento hasta llegar al lado de su madre, con mucho cuidado Sakura lo depositó en brazos y fui ahí cuando por fin lo vio.

Piel nívea como porcelana, pequeños mechones negros que indicaban que sería pelinegro al igual que ella y su padre, pero lo que más le sorprendió fue ver esos ojos verdes esmeralda idénticos a los de su madre, y en ese mismo instante el bebé lloró por primera vez frente a su hermana.

Lo arrullo con cuidado para que dejara de llorar y después de unos segundos se calmó, abriendo sus ojos ya calmado aquel bebé miró muy atento a Sarada.

—Se llama Itachi —menciono la peli-rosa cansada.

—Itachi —repitió la Uchiha, ahora era ella la que lloraba, desde ese entonces supo que viviría para su hermano, su pequeño y lindo hermanito.

Ella no lo había notado pero sus ojos comenzaron a volverse de color carmín, y fue ahí donde apareció el mangekyo sharingan. Sin darse cuenta había activado ese poder y que la causa era ese bebé, despertó el Sharingan cuando conoció a su padre, ahora despertaba un poder más grande al conocer a su hermano.

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