«Capítulo 5»

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Los personajes son propiedad intelectual de Masashi Kishimoto (岸本斉史).

La historia es completamente de mí autoría.

Disfruten...

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Capítulo 5

—Es que no lo entiendo, ¿porque es así? —se quejaba Ino a su mejor amiga —te juro que soy una buena tía. Ya confiesa Sakura ¿qué le dices de nosotros?

—Nada Ino, nada —respondió ya cansada la peli-rosa, ¿qué podía decir? ni ella encontraba la explicación a lo que pasaba.

—¿Tú qué opinas Naruto?, ¿le crees?

Y es que apenas el pequeño Itachi había nacido las visitas llegaron con rapidez a la peli-rosa, todos querían ver al pequeño recién nacido, todos querían cargarlo, todos querían arrullarlo, lo malo es que no dejaba que nadie más que su hermana y su madre lo cargaran o se acercara. Ponía una cara terrible o lloraba hasta volver con su madre o hermana.

El pequeño apenas sentía que estaba en otros brazos comenzaba a llorar y no paraba hasta que Sarada o Sakura lo calmara.

Es por eso que sus amigos solo se limitaban a verlo, solo verlo.

Era un niño adorable, pero con solo mirarlo se notaba que tenía el mismo carácter serio de su padre, pues no reía mucho, y vaya que Naruto hizo hasta lo imposible por sacarle una sonrisa al bebé.

—Algún día de estos descubriré tu secreto, frentona —prometió Ino.

«サスサク – Promesas»

Los días junto a los meses fueron pasando, Sarada cada día entrenaba más y lo que en un principio le parecía complejo y sumamente difícil ahora lo veía como algo sencillo, el ver a su hermano y madre le daba fuerzas para superarse cada día.

Sakura no podía ser más feliz, el tener a su pequeño en brazos era una de las cosas más hermosas que había tenido. Aún le preocupaba que le diría al pequeño en un futuro, pero eso podía esperar. Verlo era como ver a un pequeño Sasuke de ojos verdes y aunque a ella le costara mucho, si podía presumir que ella podía sacarle pequeñas sonrisas al niño, su pequeño Ita, como decidió nombrarlo.

«サスサク –Promesas»

Al crecer su carácter no cambio mucho, poco a poco se fue abriendo pero seguía mostrando ser un niño serio, el pequeño "Ita" a su corta edad comprendió la situación de su padre, para sorpresa y alivio de muchos.

—Mamá, ¿porque no tengo un papá? —preguntó en su fiesta de cumpleaños número cuatro, ya antes el pequeño se había hecho esta pregunta, pero justo ese día se había animado a decirla.

Todos quedaron en absoluto silencio al escuchar al pequeño Uchiha, antes de soplar las velas del pastel hizo aquella pregunta que todos habían estado esperando con temor.

—Si tienes papá corazón, nunca dudes de eso. — Respondió con una sonrisa la peli-rosa, había llegado el día que tanto temía.

—Pero... ¿Por qué no está nosotros?, ¿se enojó por algo malo que hice?, ¿me porté mal y por eso no está? —se notaba la tristeza en su voz. Sus otros amigos tenían papás menos él.

—¿Por qué piensas que está enojado contigo?

—Porque papá estaba aquí con Onii-san, en la foto —señalo la foto que hace años se habían tomado los tres.

A Sakura se le rompió el corazón, jamás imagino que su pequeño se culparía de la ausencia de su padre. Quería corregir su error, pero Sarada se adelantó.

—Papá te quiere mucho, por eso está afuera, lejos cumpliendo una misión muy importante, nos quiere mucho y por eso nos protege. — Lo alentó con una sonrisa —Pero no te preocupes, él volverá, un día cuando menos te lo esperes volverá.

—Tú papá es un hombre muy fuerte Ita. Es un gran ninja. —Añadió Naruto.

—¿De verdad? —preguntó Itachi ilusionado.

—Claro, es tan fuerte como tu tío. —Naruto se señaló a si mismo con una gran sonrisa, propia de él.

—Wow —fue lo último que dijo, cerró sus ojos y concentro sus tres deseos en uno solo «deseo que papi vuelva y seamos una familia feliz y completa»

Después de soplar las velas fue con los demás, todos comenzaron a hablar de lo genial que era Sasuke, cuando era un niño en la academia, como fue de genin y demás hechos para levantar el ánimo del pequeño.

Todo fuera por ver feliz a ese niño.

Su tío Naruto le enseño a querer la villa, la voluntad de fuego fue transmitida a él por medio del séptimo. Antes de que terminara la fiesta Naruto fue a solas a hablar con él. Parados sobre los rostros Hokage y con una hermosa vista de la aldea comenzó el rubio.

—Todo lo que vez es todo lo que debemos proteger Itachi —le habló el séptimo —no solo es el lugar donde vivimos, sino la familia que compartimos, todas las naciones unidas formamos una gran familia Itachi, tú familia, nunca lo olvides.

—No lo haré, tío —respondió con orgullo —cuidare de ellos como mamá y mi Onii-san lo hacen, al igual que papá, me haré fuerte, cuidare y protegeré a todos.

—Bien dicho pequeño.

Con la intención de volver daban media vuelta pero el pequeño lo toma de la mano para detenerlo.

—Tío... me... ¿me haces un favor? —hablo el pequeño algo sonrojado, no estaba acostumbrado a pedir algo.

—Claro, ¿qué me quieres pedir?

—Si eres el más fuerte, entonces... ¿me prometes cuidar a mi mamá y mi Onii-san? No quiero que nada les pase. Aún soy muy pequeño y todavía no voy a la academia, no podría defender a nadie. Hasta que aprenda ¿podrías cuidarlas?

Naruto se quedó mirando al niño, el pequeño era la viva imagen de Sasuke con la única diferencia en los ojos verdes, pero tenía la misma tenacidad de sus padres, sabía que aquel pequeño llegaría muy lejos.

—Claro, cuidare de ambas con mi vida. —le sonrió mientras reanudaba su promesa. —Prometimos tu padre y yo que cuidaríamos de Sakura siempre, nada malo pasará. Ahora te prometo a ti que cuidare de tu familia y así lo haré, nunca nada les pasara mientras yo viva, es una promesa y yo nunca rompo una promesa.

«サスサク – Promesas»

Los días pasaron y así como rápido pasaron las semanas y los meses. Ya estaban a pocos días de celebrar nuevamente el cumpleaños del pequeño Uchiha.

Estaba próximo a cumplir sus cinco años, solo faltaba una semana. Su madre le había prometido un regalo especial que esperaba abrir con ansias.

Lástima que ese regalo nunca llegara.

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