9. Tu vida
Llueve y el Sol se ha ocultado.
Tus piernas no han dejado de moverse y te aferras a una esperanza, o tal vez a tus propios impulsos.
Hanji, ¿podrías dejar de correr tan rápido? Temo que no pueda alcanzarte, ya sabes, nunca fui muy bueno en velocidades. Siempre fuiste la primera. ¿Recuerdas cuando te burlabas de que era yo muy lento? Aun así me esforcé para alcanzarte en ese entonces e incluso ahora.
Ahora, te encuentras sola en la lluvia, mientras que yo estoy pensando en ti. No puedes detener tus lágrimas.
—Uff, eres demasiado lento Moblit—frunciste tu ceño y agitaste tus brazos—, a este paso no podremos capturar ni un solo titán, ¡ni medio!
—¡Líder de Escuadrón! Es que eres muy rápida...
—Ya te dije que no me digas así, solo Hanji. ¿Por qué ya no me dices Hanji? ¿Qué acaso tengo titanes en la cara o qué?
—No, no es eso—me disculpé—, es que ya has ascendido y...
—Sigo siendo la misma Moblit, y lo sabes—me miraste seria mientras me tendiste tu mano para hacer contacto conmigo—, no importa los títulos que llegue a tener o pueda aspirar, yo siempre seré Hanji Zoe y nunca cambiaré.
Dijiste que nunca cambiarías, pero al verte solo observo la sombra de la que alguna vez tú fuiste. ¿Cuánto has perdido Hanji? ¿Cuánto no has pasado? No, no estás sola, aunque en este momento tú creas que es así.
—Oye Líd... Hanji, ¿qué harás hoy en la tarde?
—Lo de siempre, cerebro.
—Oh...
—Hm, ¿por qué esa cara de repente? ¿¡Tenías algún plan!?
—Sí, bueno, quería enseñarte un lugar que tal vez pueda gustarte.
—¿Qué lugar?—tus ojos brillaron al tiempo que acercaste tu rostro al mío—, ¡oww! Eres adorable cuando te pones rojito. ¿Es acaso una reacción de tu piel al estar cerca de mí?
—¿¡Qué!? Claro que no.
—¡Ah que sí! Yo provoco que te pongas rojito, ¡yajoo!
—¡Hanji!
—Sí, sí, está bien. ¿Pero a dónde iremos?
—Te gustará.
Caminamos hacia un río, ahí donde el horizonte podía verse. No había titanes, ni humanos. Solo nosotros dos. Nos sentamos en el pasto mientras que la brisa del río llenaba de frescura tu cuerpo.
—Es realmente hermoso...
—Verás, aquí no hay maldad. En el horizonte hay un mundo que aún no conocemos. Armin Arlet suele decir que allá en esa frontera existe algo llamado océano. Dice que es muy basto y grande—tú escuchabas atenta, yo te miraba con adoración—, tal vez... cuando todo esto acabe, podríamos ir a ahí e investigar la flora y la fauna del lugar. ¿Crees que sea diferente a la de los muros?
—Definitivamente. Posiblemente las especies se adaptaron a otro tipo de condiciones, suelo, agua... Por supuesto que tenemos que ir a ahí Moblit y registrarlo todo. Con tu ayuda todo será más sencillo—estabas entusiasmada, pude notarlo al escuchar tu voz—, tienes que dibujar el mapa de la región, ¿lo harías?
—Sabes que sí, Hanji.
—Eres el mejor, en serio. Ya quiero que llegue ese día en el que podamos ir a ver el mar. Quiero probar de esa agua y sentir el Sol arder en mi cara. Juntos descubriremos tantas cosas, la humanidad dará un gran progreso.
Pero esos fueron sueños a medias. Al final, yo no pude dibujar ese mapa. Ni tampoco comentarte lo que pensaba de la flora y la fauna.
Tuviste que pedirle a Jean que dibujara la región, y él poco a poco mejoro su técnica en el dibujo. Tuviste que decirle a Armin que te ayudara a contar los nuevos animales silvestres de la región y tuviste que pedirle a Mikasa que te untara crema en tu cara pues te quemaste y te salieron llagas.
De alguna manera, creo que una parte de mí estuvo en ellos al momento de ayudarte. Observé a Jean dibujar, a Armin contar y a Mikasa ayudarte. Si te soy honesto, hubiese preferido hacer esas cosas yo, pero... eso me vuelve un egoísta, ¿no?
Pero... una parte de mí se sintió tranquilo al ver como él se preocupó por ti.
—Oye Hanji, sea lo que sea que vayas a tomar déjalo ahí, podría ser venenoso—te dijo Levi mientras tú tomabas un animal del mar. No sé cómo llamarlo, pero tú inmediatamente creíste que era una estrella pues eso es lo que parecía.
Levi te miraba desde lejos con los brazos cruzados. Tú te mofaste de él.
—¿Es que acaso el soldado más fuerte de la humanidad le teme a una simple estrella de mar?—te reíste fuerte y le colocaste esa criatura en las palmas de su mano.
—¡Agh!—Levi sintió sus manos frías, y cuando observó que eso se movía lo aventó—, ¡quita tus mierdas de mí, Hanji!
—¡Hey! ¡Ese era un animal marítimo para estudiar y ahora lo has aventado lejos!—frunciste tu ceño, te veías realmente adorable—. Ahora ve por él, enano. ¡Además! Las estrellas de mar no defecan... creo.
—Ve tú si tanto te interesa, yo me largo. Qué asco.
Levi se sacudió los pies y se alejó del tumulto de gente. Tal vez si yo hubiese estado ahí contigo habría visto con devoción la criatura de mar. Te habría admirado por más tiempo. Créeme que ese día en el mar tu piel brillaba. El agua caía sobre tu cabello dándole un aspecto rebelde pero hermoso.
Tú no me ves, eso es verdad... pero yo siempre estaré en tu vida. Lo sabías, ¿no?
Ay Hanji... si hubieses volteado un poco más habrías visto que en realidad Levi te seguía mirando. Él podrá ser muy fuerte pero es un poco lento para esto. ¿No crees?
No lo negaré, me sentí celoso de no ser yo el que te miraba desde la lejanía.