Piso 1 y piso 2

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Akane y Jaiden ya habían cogido los huevos, la leche y la sal. Pero cuando Akane se quiso ir a casa, Jaiden la detuvo.
-Vámonos ya, anda. No me gustaría que mi madre me diese una regañina por llegar tarde. Además con toda la gente que hay...

- Oye Akane-dijo Jaiden- ¿Has probado el alcohol alguna vez?

-Por supuesto que no- la cara de Akane se tornó seria con cierto punto de regañina-no me digas que tu si.

-Puede. Creo que deberías probarlo, ¿robamos un poco?

Akane no se podía creer lo que estaba diciendo Jaiden, siempre tan responsable y buena niña. De repente quería robar alcohol !

Las dos amigas se quedaron un tiempo discutiendo, intentando que la otra entrase en razón. Lo que no sabían, era que si hubiesen salido del supermercado en le momento en que Akane lo propuso, tal vez esta historia no sería contada. Todo hubiese sido distinto.

Al final quedaron en que Jaiden robaría el alcohol (única y exclusivamente para ella, por lo que Akane tendría la conciencia limpia) mientras su compañera bajaría al primer piso para pagar.

Así es, había que ir al primer piso para pagar. Pues en ese momento se encontraban en las bebidas, dulces y demás snacks; segundo piso.
El mostrador para pagar estaba en el primero y únicamente estaba allí porque el alcalde de su urbanización prefería gastarse el dinero del ayuntamiento en coches y marcas de lujo, en lugar de poner otra caja registradora en el segundo piso del supermercado, así son las cosas.

El supermercado estaba lleno de altavoces. En los cuales sonaban cosas como "¡Pescado de oferta! ¡Ahora un 20% menos en productos de higiene en el pasillo 5" y todo ese tipo de frases acompañadas de musiquita.

Pero en ese momento no sonó ninguna frasecita ni ninguna música alegre. Únicamente sonó en todo el supermercado la asustada voz de una de las dependientas, proveniente del piso 1. La muchacha traía un mensaje un tanto escalofriante y al mismo tiempo en que lo recitaba, las puertas de seguridad que dividían el piso 1 y el piso 2, se cerraron a cal y canto.

Comprando la muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora