Jaiden estaba tranquila. En todo aquel barullo de la gente del segundo piso, ella se mantenía relajada y aparentemente apartada de la situación.
Una madre estaba buscándole un escondrijo a ella y a su pequeño. Entre todos los montones de estantes y botellas de vino había algunos lugares en los que si te escondías, puede que no te encontrasen.
- Para. Para, no llegarás a ninguna parte.-dijo Jaiden. Lo dijo con un tono tan relajado que daba incluso miedo. - te encontrarán de todas formas, y los harás enfadar. Créeme será peor.
La mujer la miró incrédula pero luego pensó lo que le acababa de decir y su ataque de encontrar una "salvación" fue desapareciendo poco a poco.
En la segunda planta había menos gente que en la primera, creando así un ambiente más tranquilo.
Mientras que Jaiden escuchaba los murmullos de la gente decir cosas sin sentido o planear algo arriesgado ella simplemente se acurrucó en una esquina y cerró los ojos.
Se concentró en el negro de su mente al cerrar los párpados y a su cabeza llegaron recuerdos del pasado. De su perro, Cora. De como jugaba con el. De como se quedaba a su lado cuando lloraba. En especial esa noche fría en la que su padre falleció. Ella era feliz con Cora.
En algún momento fue feliz, sí. Antes de toda la mudanza y los problemas. Antes de que todo se fuese a la mierda en una cuesta en la que Jaiden iba de culo y sin frenos.
Pero ahora ya todo terminó, el pasado, pasado fue y lo que Jaiden hizo, algo imparable a esas alturas, pronto acabaría.
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Comprando la muerte
HorrorA Akane y a su mejor amiga les gustan hacer cosas juntas. A Kristen y a su novio también. Las dos parejas se conocen un día en un supermercado. ¡Parece que se llevan bien! ¡Mira! ¡Kristen le está ofreciendo el páncreas de la señorita Malory a Akane...