Kristen y Adler se vistieron con su uniforme de trabajo. Consistía en el típico uniforme escolar solo que un poco manchado de fluidos humanos, como sangre. Y es que les daba pereza lavar su uniforme, además, pensaban que quedaba más bonito así.
Pero no eran tontos, no iban a ir con la cara descubierta. Los dos eran fans de una saga de películas un tanto sangrientas, Saw, para ser exactos. Y usaban la máscara icónica de la saga.
Se armaron con todo tipo de armas. Las favoritas de Kristen, las armas blancas, y las de Adler, armas de fuego como un rifle.
Por la calle se pasearon tranquilos, bajo las atónitas miradas de los que por allí paseaban, pero la pareja iba con paso "de putos amos" como en una película, en una escena de esas a cámara lenta.
Pero no estaban en Hollywood y varias personas ya habían llamado a la policía antes de que incluso entrasen en el supermercado. Pero les daba igual, lo tenían todo planeado al milímetro, y ni la policía los detendría, al menos en lo que fuese a durar su misión.
Entraron al supermercado y lo primero que hicieron fue apuntar con una de las pistolas a la dependienta de la caja principal.
-¡La contraseña de la caja fuerte! En seguida...
-No queremos vuestras putas contraseñas, cierra todas las condenadas puertas.- dijo Kristen, en un tono frío y letal.Poca gente logró salir, únicamente unos 10 suertudos espabilados. ¿Pero que más darían 10 menos en un supermercado tan famoso como aquel? Un supermercado en el que, ese día frecuentaban muchas personas, como dije anteriormente.
-"Is this the real lifeeee...? Is this just fantasyyy..?"- comenzó canturreando Adler. Bonita canción para comenzar el principio del caos, pensó el muchacho.
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Comprando la muerte
HorrorA Akane y a su mejor amiga les gustan hacer cosas juntas. A Kristen y a su novio también. Las dos parejas se conocen un día en un supermercado. ¡Parece que se llevan bien! ¡Mira! ¡Kristen le está ofreciendo el páncreas de la señorita Malory a Akane...