Mi primer amor ✔️

Capítulo 20: Sentimientos Confusos.

—¿Están bien?— les pregunte a los chicos que habían sido golpeados, en el que estaban sentados en un sofá.

—Ahora les traeré el botiquín— dice Alex.

—Si, yo estoy bien— dice Lucas.

—Yo también— dice Zack y me senté al lado de él.

—¿Vos Angie?¿Estas bien?—pregunté.

—Sí, estoy bien, gracias por preguntar— dijo Angie—¡Y ustedes son unos idiotas!¡¿Cómo se atreven a pelear así?!

—Pero si yo no hice nada, él comenzó todo— dice Lucas un poco nervioso.

— Es verdad, yo lo vi todo— dice Alex mientras traía el botiquín— tu compañero es un loco.

—Pero no tenían derecho a pegarle—dice Angie.

—Si que teníamos, el empezó a los golpes y bueno nosotros lo terminamos— dice Zack—¡auch!—se quejaba mientras le pasaba el algodón con alcohol en la ceja derecha.

—Al menos valió la pena— le dice Lucas a Angie mientras ella le curaba las heridas de la ceja izquierda, ella se sonroja e intenta ignorarlo.

—¿Dónde está mi hermano?—le pregunté a Alex levantándome del sillón.

—Él miró un rato la pelea, pero luego fue a llevarla a Belén a su casa—responde.

—Okay, entonces me iré a casa— dije.

—Te llevo— dice Zack y luego se levantó del sillón.

—No, iré con Lucas, mi hermano sospechara si nos ve juntos—dije.

—Tiene razón, como yo soy su mejor amigo seguro no dirá nada—dijo Lucas.

—Pero si se fué con Belén, no llegará temprano a su casa.

—Igual, debemos ser cuidadosos—dije.

—Yo digo que será mejor que vaya con el muchacho éste— dice señalando a Lucas—si los ve seguro se va a alterar.

—¡Espera!—contesté—¿Vos como sabes de lo nuestro?—le pregunté—¿Acaso le dijiste?— le pregunté a Zack.

—No—responde.

—Nadie me lo dijo, es más, me lo están contando ustedes ahora y además se nota que están juntos— dijo Alex.

—¡¿Como que se nota?!—pregunté sorprendida.

—Si, casi siempre se los ve juntos, no son muy discretos que digamos— responde Alex.

—Si dices algo morirás—dije.

—Si digo algo tú también morirás—dijo y le entrecerré mis ojos— tranquila, no diré nada.

—No se si confiar en tí, cuando éramos chicos siempre que hacía alguna maca ibas y le contabas a mi hermano—dijo.

—¿Te acuerdas de cuando eramos chicos?—preguntó—el día que nos presentó tu hermano pensé que te habías olvidado de mí.

—Claro que no, jamás me olvidaría del cargoso y pesado amigo de mi hermano—respondí y al terminar la frase le tiré la lengua.

—¡Oye!—exclamó entrecerrando sus ojos— No diré nada, además ésta macana es mucho más grande de las que hacías cuando éramos chicos.—dijo Alex y sentí un nudo en la garganta.

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—Gracias por traerme— le dije a Lucas mientras abría la puerta de su auto.

—Espera—dijo y lo quedé mirando— estoy pensado en confesarme a Angie.

—Hazlo, tienes mi apoyo—respondí.

—Si, pero nose si querrá hablarme después de lo que sucedió hoy—dijo Lucas colocando su brazo en el volante.

—Se que te escuchará—conteste y le di una sonrisa— si quieres organizamos una cita doble, en el que estemos Zack, Angie, tú y yo.

—¿Harías eso por mi?—preguntó sorprendido y un poco pensativo.

—Claro, eso y más— respondí y le di un beso en el hombro.

—Hablaré con ellos y te mantendré al tanto— el asintió y yo bajé del auto.

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—Bueno, hoy es último día para promocionar a nuestro equipo como candidatos—dijo Nicolás armando nuestro estante.

Cada postulantes tenía un lugar asignado para hacer campañas, a nosotros nos tocó hacerla en el patio trasero del colegio.

—Bien, entonces repartiré los volantes, en donde dice que si nos votan tendremos un recreo más y además se los daré con una bolsita de golosinas.—dijo Sofi—¿Y los demás?

—No lo sé y espero que ni aparezcan—dijo Angie.

—Hola, chicas— dijo Harry acercándose con Enzo y este rascándose la cabeza.

—Ustedes hagan eso y nosotras ya volvemos—dijo Angie sujetándome el brazo y caminamos hacia los pasillos de la institución.

—¡Vengan todos y todas a probarse mi magnífica ropa!— gritaba Laila que estaba parada en la puerta de una de las aulas.

—¿Qué haces?—pregunté.

—No es obvio, promocionando la mejor ropa del mundo, la mía—respondió Laila levantando una ceja mientras se señalaba a ella misma— y por supuesto que ustedes no están invitadas, imaginense con mi ropa, iuu re grasa—dijo levantando una mano como una diva.

—Tampoco queríamos tu ropa, de g r a s a— dijo Angie remarcando la última palabra y nos alejamos de ella.

—¡Idiotas! — nos gritó Laila.

Seguimos caminando un poco más y nos encontramos con el puesto de los que habían organizado la fiesta gratis.

—Lo siento chicas, pero no las queremos por aquí cerca—dijo Luciana, dueña de la fiesta.

—¡Pero qué te pasa idiota, si nosotras no hicimos nada!—exclamó Angie.

—Claro que sí, ustedes arruinaron la fiesta y sobre todo vos—dijo Luciana señalando a Angie— porque por tú culpa se pelearon, asique por favor retirare, no quiero alboroto en mi estante.

Angie salió enojada y yo me fuí tras de ella.

—¿Estás bien?—le pregunté.

—Claro que no, ella tiene razón—respondió con una voz ahogada.

—No, claro que no tiene razón, no es tu culpa.

—Si, eso me pasa por estar tan confundida, no se que siento en mi corazón, creo que amo a Lucas, pero intento olvidarme de él con otras personas.—dijo Angie.

Por lo visto no era el mejor momento para sacarle el tema de la cita, sólo le di una palmada en el hombro dándole a entender que podía contar conmigo y que estaba para escucharla.

—Ven volvamos, la verdad es que no tengo ganas de ver a Enzo, por eso escapé del patio—dijo Angie—pero no tengo más remedio que enfrentar la situación.

Asentí con mi cabeza y la seguí.

—A, Angie—dijo Enzo tartamudeando—necesito pedirte disculpas.

—Sinceramente no me interesan tus disculpas, lo que has hecho estuvo muy mal, yo en ningun momento te di ilusiones de que pasara algo entre nosotros, te traté como a un compañero más, pero veo que te has confundido.

—No, no estoy confundido, tengo bien en claro mis sentimientos y se que me gustas demasiado como para dejarte ir—dijo Enzo declarándose— no me importa si aún no me amas, pero esos sentimientos pueden cambiar y creo que yo podré hacer que cambien.

Angie no sabe qué hacer en esa situación y se vá corriendo, iba a ir tras ella pero Sofía me detiene.

—Dejala, ella necesita estar sola—dijo Sofi y asentí.