Serendipia |The Umbrella Academy

I.- Número Cero.

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Lo impredecible es lo que hace de la vida más interesante, pero la de Milah tuvo la infortuna de caer en la misma rutina.

No tendría algún problema si fueran los mismos días mientras no fuesen ordinarios, para su suerte, ella era la clara descripción de lo que era ser ordinario. No había nada en la niña de trece años que la hiciese brillar por cuenta propia, no destacaba en ningún arte o deporte; su físico era el promedio, no veía ninguna actitud que sobresaltara. Milah no era extraordinaria.

¿Y cómo podría dejar de pensar en sí misma como ordinaria, si vivía con siete niños extraordinarios? Todos ellos de su misma edad y con capacidades diferentes, pero brillantes. La mayoría sobresalientes por un superpoder (literalmente) y otro con una dotada habilidad de tocar el violín. Para ese momento había entrado en una pequeña crisis.

Tal vez y su don era escalar árboles, pensó. Pero luego recuerda que ha escalado el mismo árbol desde los siete años. Es difícil encontrar algo que hagas bien cuando estás desesperado, y Milah lo estaba.

¿Sería acaso que su talento estaría en hacer pasteles, aunque ella jamás se hubiese adentrado a la cocina? ¿O su talento oculto era dormir hasta un día entero? En ese caso estaría relacionada con los pandas y ya dejaría de ser ordinaria.

—Eso es imposible —soltó, dejando de ver una mancha de la rama en la que sus pies descanzaban.

Pensaba que era imposible que alguien estuviera relacionado con algún animal, no que no pudiese dormir todo el día (y luego lo demostraría) Aunque era imposible que alguien tuviera poderes y conocía a seis niños que le demostraban lo contrario.

—Tal vez y sí sea un panda —susurró emocionada, sientiendose un poco satisfecha de su pequeño descubrimiento y permitiéndose deleitar el precioso atardecer que decoraba el cielo con sus cálidos colores explayándose como una pintura al óleo.

—¡Número Cero! —brincó sobre la rama al escuchar la tan conocida voz que Milah adoraba. Muchas ramas abajo, Reginald Hargreeves la veía con su típico ceño fruncido, que causaría temor en la mayoría de los niños, pero para ella sólo le incitaba a abrazarlo—. Ya hablamos de romper las reglas. ¡Baja de ese roble!

Milah adoraba a su padre, a pesar de que él no le demostraba que la adoraba también, ella comprendía lo difícil que era exponer los sentimientos y por eso no quería presionarlo, sabía lo que era temer por decir lo que siente.

Sin cuidado alguno se deslizó por las ramas, conocía ese árbol como si su propio hogar fuera (era su refugio al que acudir cada vez que su mente parecía volverse inestable) sabía sus puntos fuertes y débiles, y no dudaría que el árbol conociese los de ella. Saltó en las últimas ramas, cayendo torpemente frente a Reginald y no pasó por desapercibida su pequeña expresión de temor.

—Alguna vez deberías de acompañarme a trepar el roble, la vistas que el cielo dá son dignas de admirar. —Reginald la vio incrédulo, como si su mente no coordinara del todo. Milah rio.

—Deberías de estar cenando. No digas otra incoherencia, porque me veré obligado a castigarte.

Milah asintió, sin mucho temor a sus palabras. Los castigos de su padre se basaban en mandarla a la biblioteca a limpiar los libros, pero ella lo veía más como una actividad padre e hija, puesto que Reginald estaba ahí durante esas horas. Tomaba algunos libros para que les quitara el polvo y limpiara las repisas.

A veces él mismo se encontraba a su lado hablándole sobre sus libros favoritos y sobre los que ella debería de leer. Ningún niño estaría feliz de ser castigado, pero Milah los adoraba mientras pudisese pasar tiempo con su padre. Incluso Pogo, la mano derecha de su padre y su segunda amada figura paterna, los acompañaba en el castigo de Milah.

—¿Crees que sea pariente de los pandas?

Milah deseó tener retratada la escéptica cara de Reginald y corrió hacia el comedor, sabiendo que mañana pasaría tiempo con su papá.

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Primera actualización del año, wujuuu uwu.

Por fin la introducción de mi amada Milah Hargreeves que tanto ansiaba por escribir y espero que les haya gustado

Estoy tratando de escribir todo lo que no pude actualizar en las vacaciones, porque el 8 ya entro de nuevo a al escuela xd.

Chale

Veré que otra inspiración surge y pueden pasearse por mis otras historias que están igual de abandonadas que esta:')

Les dice wenas noches
-Midnighthief.