A feisty girl

¡Que empiece la fiesta!

Me puse unos pantalones vaqueros, pero de esos elásticos, de color gris y blanco, combinados con un top azul oscuro ajustado que me llegaba al ombligo. Era una fiesta si pero ni me iba a poner un vestido ni nada es eso y no os equivoquéis el top era de vestir si pero parecía mas deportivo antes que de guarra, para aclarar. Y recalcar NO SOY UNA GUARRA. Me puse unas zapatillas color negro y salí de mi habitación.

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Baje las escaleras corriendo, más bien como un canguro, es decir a saltos para los que no estén informados de cómo andan los canguros. Acababa de hablar con mi hermano que se había ido hace unos minutos por la puerta de casa y me esperaba fuera mientras yo me peinaba, y como veis ahora era la loca de los saltos corriendo para que mi hermano no se me fuera sin mi.

-Vas a volver para la hora de la cena hija.- Dijo mi madre haciéndome perder la critica sobre mi misma que se estaba llevando acabo en mi malévolo cerebro.

-No mamá, y Maik tampoco.

-Menos mal que pregunto.

-Lo siento mamá se me había olvidado decírtelo.

-Vale, pero no volváis muy tarde, ya sabes lo que piensa tu padre sobre las fiestas, más si acaban tarde.

-Si, mamá. Lo sabemos.

-Bueno solo era un recordatorio, que os lo paséis bien, y ni se os ocurra beber, tu ya eres mayor para saberlo pero vigila a Maik.

-Vale.

Siempre lo mismo, no me quejo de mi madre, pero hay veces que no la conocéis, no digo que sea esta una, por que haber ¿Qué madre no le dice eso a sus hijos? Sería una irresponsable a si que no digo que se allá pasado. Además, uno se acostumbra a todo.

Voy con paso ligero hasta la puerta y la abro, expirando así la ráfaga de viento que acaba de estallar contra mi cara, cierro los ojos y me encojo sobre mi chaqueta, menos mal que se que luego va a hacer calor. No os lo he dicho pero soy calurosa solo que para coger una moto, pues como que se que tengo que llevar chaqueta.

-Te seria más fácil largarte sin mi con las llaves.- Le digo al tontito de mi hermano que a salido de casa sin las llaves de la moto.

-¿Es que me vas a dejar conducir?.- Dice preguntando en tono de burla.

-Si, hoy te dejo conducir.- No os lo había dicho pero la moto es mía. No penséis que es hay toda de color rosa por que no. Es negra simplemente, es una ya de marchas por que aun que tenga 17, me quiero sacar el carnet por lo tanto ya la tengo comprada, y mi padre me dice que la puedo usar para ir practicando, pero que tenga mucho cuidado, también que si la policía se entera o algo el no se iba  a hacer responsable, pero al fin y al cabo es injusto hay gente de mi edad que ya tiene 18 y para ellos no es un delito, pues me parece injusto.

Volviendo al tema, es una de las mejores motos que puedo pedir, simplemente me encanta y me gusta que sea

Negra, claro que mi madre no sabe que le dejo conducir a mi hermano, pero bueno nadie es perfecto, ni siquiera yo.

Mi hermano sorprendido ante mi comentario anterior, sale disparado hacia la moto mientras yo le lanzó las llaves, que por supuesto coge al vuelo.

Me encamino hacia la moto y doy un saltó para subirme. Tan “sutilmente” que consigo tambalear la moto, menos mal que todavía estaba puesto el caballete, si no ya estaría en el suelo, me imagino en esa foto de un chiste que esta la mujer con toda la cara en la rueda y le pregunta su marido que iba delante -¿amor te caíste? -no cielo, estaba revisando la cadena. Si no lo veis no tiene gracia y si lo habéis visto y no tiene gracia a) o sois muy cortitos para no pillarlo o b) no tenéis sentido del humor o c) No lo he dicho bien. Yo votaría la c por que no suelo contar los chistes muy bien.