Parte 12

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Smoker había ignorado la probabilidad de que lo que decía Bellmère fuese verdad, pero Makino estaba de acuerdo con ella y decidió irse para ponerse a investigar que estaba pasando exactamente porque sabía algunas cosas que habían pasado, pero no estaba del todo segura. Después de mucho tiempo, acabó encontrando algunas pistas sobre los soldados que habían matado a los civiles, averiguando que era una de misiones para las que había sido creado el título de Shichibukai, pero al final habían sido demasiado difíciles de controlar y acabaron contratando a otros piratas menores. Había avisado a Bellmère, quién iba a ayudarle a ir en su caza para saber que era exactamente lo que estaba pasando.  Ella iba a dejar a sus hijas bajo el cuidado del pueblo cuando, por un error de ambas, se acabaron enterando de que ellas conocían el plan de piratas mercenarios. Makino había tenido suerte, ya que conocía de antes a Shanks y éste le había ayudado a crearse una vida y pasado falsos en una isla pequeña. Sin embargo, cuando Bellmère iba a llevarse con ella a las niñas y acompañarla, Arlong llegó a la isla, obteniendo como pago tras matar a Bellmère la isla donde ésta vivía, sin que la marina interviniese.

Smoker salió de sus pensamientos, dándose cuenta de que lo que Makino decía seguramente fuese verdad, y culpándose a si mismo de la muerte de Bellmère y de no haber hecho nada para salvarla. Makino lo vio flaquear y supo que no supondría ningun problema para los piratas. 

-Makinosan-dijo Shanks-, nosotros podemos luchar y aguantarles el ritmo pero, ¿que pasará con toda la gente del pueblo y contigo? 

Ella le dedicó una sonrisa y se fue a otra sala distinta, volviendo con una espada en las manos y haciendo sonreír a Smoker. Si Makino sacaba ESA espada del armario, estaba claro que aquella iba a ser una gran pelea.

Sin embargo a Shanks no le hacia ninguna gracia. Puede que hacia años Makino fuera muy grande entre los espadachines, pero en esos momentos llevaba años sin luchar. Además, llevaba un bebé en su vientre. Era imposible que pudiera sobrevivir. Cuando iba a explicarselo, noto un filo en su cuello y vio como la camarera había desenvainado sin que el se hubiese enterado en que momento lo había hecho.

-Creo, Akagami-dijo ella, guardando la espada y riéndose-, que sigo estando lo suficientemente entrenada como para poder combatir.

Shanks se apoyó en la pared, aun intranquilo. Sabía que si la camarera estaba empeñada en combatir, él no podría hacer nada para evitarlo.

Zoro, ante la incomodidad del pelirrojo, se esforzó por cambiar de tema

-¿Creeis que deberíamos despertar a los demás?-preguntó Zoro, a Dragon-. Se que ha dicho que no deberíamos meter a más gente aquí, pero la idea de dejar aquí a nuestros nakamas de lado me es un tanto incomoda.

Dragon lo pensó. Sabía que seguramente solo estaba diciendo en voz alta los pensamientos de su capirán y sabía que tenía razón. Además, confiaba lo suficiente en ellos para que lo pudieran ver.

-Está bien-dijo él, asintiendo con la cabeza-. Pero quiero toda la discreción que podáis mostrar.  Todavía les quedan unas cuantas horas para llegar a la isla, así que iros a dormir. Quiero a  todo el mundo preparado para la pelea de mañana.

Asintieron con la cabeza y se fueron a sus habitaciones.


- ¿No puedo convencerte para que te quedes en la taberna?-preguntó Shanks, cerrando la puerta tras de él con llave y quitándose la camisa.

A Makino no le pasó por alto este último gesto, ni el tono ronco que había adquirido su voz. Se alejo lo suficiente para que elpelirrojo no la pudiera alcanzar con el brazo y negó con la cabeza. Sabía que si llegaba a acariciarla toda su determinación se iría por la borda y acabaría cediendo a lo que el dijera para conseguir lo que quería.

-Claro que no-empezó diciendo, cada vez con menos firmeza al pirata acercándose-, y esta vez tus trucos no te serviran de nada.

Esto último se lo decía más bien a ella misma, intentando autoconvencerse de ello, pues no lo tenía demasiado claro, y la poca cordura que le quedaba despues de verlo quitarse la camisa se esfumo cuando la acorraló contra la pared.

-Venga cariño-dijo él, mientras la camarera le enroscaba las piernas en la cintura y la pegaba más contra sí-, ambos sabemos como va a acabar esto. La cuestión es si te rindes ya o quieres que te siga torturando un poquito mas.

MAkino suspiró y Shanks la tiro sobre la cama, aceptando su rendición, pero cuando iban a pasar a mayores, escucharon un grito que venía de la hyabitación de Dragón.

-¡Fuera, rapido! Ya estánb aquí.

Los revolucionarios y el pasado de Nami .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora