W A T A C U K R O W A 12

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--Si quieres ser un buen amante a la antigua (como le gustan a todo el mundo) tu proceso de enamoramiento debe consistir en citas, abrazos, serenatas, conversaciones por teléfono y cartas perfumadas. Con eso podrás cortejar a tu preciado rubio--

El rizado recordó el consejo que Freddie le había dado. Luego de haber ido a dejar al rubio a su casa. Ahora sabía su dirección y podría escribirle cartas románticas.

Llegó a su casa con una linda sonrisa en su rostro, eran alrededor de las 12 de la noche así que sus padres y Sophie debían de estar durmiendo.
Así que se dirigió al teléfono azul que se encontraba sobre una mesita junto a las escaleras. Alzó la bocina y marco el número de Freddie.

-- ///--

--Más vale que sea importante-- el persa respondió enojado del otro lado de la línea.

--Necesito tu ayuda--

--Cariño ¡no podías esperar a mañana!--

--Bulsara esto es urgente, necesito...--

--¡Freddie! ¡Freddie! ¡Es Freddie!-- interrumpió Bulsara.

--Como sea. Tu madre tiene una floreria ¿cierto?-- Dijo Brian ignorando la reacción de su amigo.

--Así es, querido--

--¿Podrías traerme un ramo de seis rosas blancas?--

--¡¿Ahora?!-- Grito Freddie, Brian tuvo que despegar la bocina de su oído.

--¡Si ahora!--

--¡Acaso estas loco!--

--El amor...--

--Agh.. enseguida te las llevo-- Interrumpió el persa.

--Gracias amigo--

--Si si si como sea--

--///--

Cuando colgó el teléfono subió a su cuarto y en una de las cajas que faltaba de acomodar busco un gotero transparente que contenía colorante azul que solía usar en sus experimentos.

Cuando lo encontró tomo un vaso de agua que se encontraba en su escritorio y le agregó unas gotas de aquel líquido oscuro.

En eso escucho que alguien golpeaba su ventanal con piedrecitas, se acercó y la abrió. Al asomarse en el balcón pudo ver a un Freddie que llevaba puesta una bata con estampado japonés además de una mascarilla al parecer verde y en su mano el ramo de rosas blancas.

--¡Shrek este no es tu pantano!-- Dijo Brian al ver a su amigo.

--¡Callate! Me llamaste justo cuando me estaba poniendo mis mascarillas--

--Te lo agradezco mucho Fred-- dijo el rizado.
Tomó una pequeña cuerda que tenía un billete de dos libras para pagar el ramo.

--Atalo en la soga y toma tu dinero--

Y así lo hizo, maldiciendo una que otra vez por las espinas que se le entregaban en los dedos.

--Gracias de verdad-- dijo de nuevo el rizado.

--Si, como sea, Linda noche-- Dicho esto Freddie se marchó a su casa.

Cuando Brian tuvo las rosas en sus brazos se metió a su cuarto y cerró el ventanal. Se sentó en su escritorio y  con cuidado comenzó a quitar cada una de las espinas de la bella flor. Se lastimó con algunas o de vez en cuando una gotita de sangre caía sobre los finos pétalos. No le tomaba importancia quitaba las filosas espinas para que las hermosas manos de su ángel no se lastimaran.
Se dio cuenta que eran las tres de la mañana así que colocó las flores en el agua con el colorante.
Y calló rendido de cansancio en su escritorio.

COTTON CANDY [M A Y L O R]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora