Capítulo 43

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JiMin se mantuvo en soledad, supuso que dejar de comer y dormir dos días seguidos había hecho estragos en su cuerpo, puesto que ahora se encontraba muy soñoliento, sus ojos tenían voluntad propia y se rindió ante el sueño. No sabía cuánto tiempo había pasado, más cuando sus ojos volvieron a estar abiertos, no tuvo que acostumbrarse a la pequeña luz de la luna que entraba por la alta ventana, puesto que una venda los cubría.


Las ganas de beber agua se hicieron presentes, ahora el pelirrojo se reprendía mentalmente el no aceptar lo que Demir le ofrecía cuando hacía sus visitas rutinarias. Su lengua se sentía seca y áspera, su desesperación por quitar esa extraña sensación le hicieron levantarse, recordando que Demir siempre dejaba su ración correspondiente en el frente de la celda, esperando a que comiese un bocado mientras él estuviese solo.


JiMin decidió poner en marcha su plan. Primero llamó a los guardias para que desatasen sus manos, más estos solo aflojaron las cuerdas un poco para darles la movilidad suficiente, este agradeció cuando el guardia salió, puso el frasco como pudo con mucho cuidado en el bolsillo izquierdo de su sucio saco y pensó en lo que haría después, solo tenía unas horas, y continuaba vendado, así que bebería un poco de agua y tal vez comería un poco de pan, cuando su estómago se sintiese satisfecho, tomaría el veneno, antes de que los guardias entraran a la celda y de esa forma daría fin a su vida. Así que con este pensamiento comenzó a tocar con cuidado la pared, para no caer o resbalar, más mientras palpaba se topó con los latidos de un corazón...

Asustado, JiMin saltó y trató de alejarse rápidamente, puesto que no recordaba escuchar que alguien hubiese ingresado a la celda, y temió lo peor:


-¡Mi ejecución es hasta al amanecer! – Exclamó intentando mantenerse erguido, aunque por dentro muriese de miedo

La persona que se encontraba junto consigo, se mantenía en silencio y eso le estaba desequilibrando, no podía con tanta presión, la respiración del pelirrojo comenzaba a hacerse frenética


Suficiente, te ordeno que me digas tu nombre!-Su paciencia estaba en su límite, más la respuesta que consiguió retumbó en sus oídos con fuerza


-Kim Taehyung...


Su voz fue, su luz en la obscuridad, su razón de volver a levantar las comisuras de sus labios en una dolorosa pequeña sonrisa de labios cerrados, el agua que surcaba y humedecía la sequía de su corazón. Estaba ahí, su amado estaba ahí.


-¡Has venido!-Soltó en un suspiro lleno de ilusión-¡Sabía que vendrías!

JiMin quería correr y abrazarle,besarle,tocar solo un poco su piel, pero estaba tan nervioso,emocionado,no sabía cómo describir todas esas sensaciones que solo le hicieron soltar una pequeña risita de alivio.

-The Prince- VMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora