Parte VII

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Aziraphael ahora se encontraba en el cielo, aunque jamás había entrado a ese cuarto. Todo en el cielo era blanco y luminoso, pero estaba seguro de que nunca había estado ahí antes.

Había ángeles haciendo guardia a cada lado de la puerta del fondo. En cuanto vieron a Miguel, abrieron de par en par la entrada, y Aziraphale no tuvo más remedio que seguirlo.

Comenzaba a sentirse nervioso, a tener miedo. Porque sabía que había hecho algo incorrecto, lo supo todos estos años. Siempre supo que relacionarse con un demonio le traería consecuencias, ¿en qué estaba pensando?

Ahora no había ningún plan B, ninguna salida.

Y Crowley. Crowley estaría esperándolo y tal vez estaría preocupado.

Y sabía que era imposible que pudiera venir a ayudarlo. Pero deseaba que al menos encontrara la nota que dejó.

Esto no estaba pintando nada bien.

-Aziraphale, date prisa-ordenó Miguel.

Con pasos torpes, avanzó hasta estar en el centro de lo que parecía una reunión de ángeles.

Miguel se colocó a la cabeza, subiendo un escalón para llegar a una cómoda silla.

Se preparó para hablar e inmediatamente se hizo un silencio ensordecedor.

-Aziraphale. Ángel. Antiguo guardián del Edén. Gran decepción de Dios.-comenzó el ángel mayor.

Las últimas palabras lastimaron profundamente los sentimientos de Aziraphale.

-Te dimos la confianza, eras de los mejores ángeles con los que contaba el cielo. ¿Qué pasó, Aziraphale?-le preguntó con voz de quien está irremediablemente decepcionado.

-Pues...-intentó hablar Aziraphale, se aclaró un poco la garganta.

-Cállate. Por favor. Pensándolo mejor, no quiero explicaciones. Los hechos han hablado ya por sí solos.-repuso Miguel.

Todos los demás ángeles lo miraban, no con odio ni con ningún otro sentimiento. Simplemente lo miraban.

Aziraphale dio un suspiro silencioso mientras jugaba nerviosamente con sus manos. Se alegró de que Miguel no quisiera una explicación, porque no sabía qué decir. ¿Qué les iba a explicar? ¿Que había hecho equipo con un demonio para conspirar en contra del cielo? ¿Que se había enamorado de él y por eso hizo todo lo posible para mantenerlos a ambos a salvo?

-Jamás ninguno de nosotros lo hubiéramos esperado de ti. Y, por si quedaba alguna duda, quiero que sepas que has decepcionado totalmente a Nuestro Señor. Y, en nombre de Él, serás juzgado. Aquí y ahora.-continuó.

Aziraphale se mantuvo en silencio. No quería empeorar las cosas, si es que esa situación podía empeorar.

-Sabes lo que te espera, ¿verdad, Aziraphale?

Y él asintió. Claro que lo sabía. Había visto lo que pasaba cuando un ángel cometía un crimen mayor. No eran muchos los casos. Pero eran terribles.

-Aziraphale, seré yo el encargado de tu castigo. Lamento decirlo. Reglas son reglas. Y sabes lo que le pasa a los que traicionan.-siguió diciendo.

Aziraphale deseaba que se callara, que no prolongara más lo que tenía que pasar. Sintió cómo el cuarto daba de vueltas, pero intentó concentrarse. Nunca quiso que esto acabara así. Y lo sentía por Crowley. Una gran tristeza se alojó en su corazón, haciendo presión en su pecho como si un elefante le pusiera una pata encima.

La cena de la otra noche vino a su memoria. Quería pensar en eso, en los mejores momentos, en sus más preciados recuerdos. En la felicidad que había sentido y que creyó duraría más tiempo. Pero las cosas eran como eran. Y no podía cambiarlas, era demasiado tarde.

-¿Quieres decir algo antes de lo inevitable?-le preguntó por fin.

Sintió que las piernas le temblaban. Ya no le quedaba otra opción más que ser valiente y aceptar sus errores. Y el castigo por ellos.

Aziraphale asintió ligeramente, viendo a los ojos a Miguel, no lo dudó ni por un segundo:

-No me arrepiento de nada.






Continuará...

A Good Omens Fanfic [Ineffable Husbands: Crowley x Aziraphale]Where stories live. Discover now