ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴏɴᴄᴇ: ᴇʀᴇꜱ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴏ.

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"And all I can say is you save me,
changed all the things that have made me.
Entertaining, thoughts are raining,
down we fall.

It's all okay,
when I say,
you and I.
Take your time,
I can't wait,
to see you fly."

"This is just the beginning,
it's all that I'm tryin' to say,
if I may
you're never in my way"

Down we fall de Drake Bell.

Dos semanas después.

El tiempo había pasado maravilloso. Las llamadas cada tarde por parte de Wonka siempre habían estado presente, y, en ocasiones, él venía a visitar a Malorie en las mañanas.

Malorie ya no volvió a la fábrica, pues el día en que se reencontró con su madre, hubo reporteros que tomaron fotos y las publicaron, tomando a Malorie como la pareja del chocolatero, poniéndola en el ojo público. Por ende, ellos se comunicaban por llamadas o visitas en horas inadecuadas, para no levantar sospechas. Además, con los problemas de las demandas de los niños que visitaron su fábrica, las cosas en su negocio no estaban muy bien del todo para aceptar ciertas personas en el lugar.

Willy y Malorie estaban en el ojo público que debían de cuidarse de todo; pero no todo era malo, gracias a ese día, Malorie y su madre también tenían llamadas todos los días, incrementando su relación afectiva. Por parte de Leonardo y Malorie las cosas se pusieron extrañas; después del día de la reunión de fábrica con Willy y Charlie, se dejaron de hablar. Para el hombre era doloroso, sentía tantos celos y decepción amorosa, mientras que Malorie estaba deprimida, pero Willy llenaba aquel vacío que, para ella, el asiático pasaba al olvido.

Los sentimientos de Willy y Malorie florecían cada vez más. Él ya notaba en cada día que ella tenía algo especial, que se sentía cómodo con ella y que la idea de tenerla siempre con él no era una locura o no le causaba temor y ella... sentía tanta tranquilidad y felicidad que no podía pedir más.

Fue entonces que Malorie se encontraba en su casa esperando la llamada de Willy, pero antes de que esta ocurriera, alguien tocó la puerta de su casa. Eso la emocionó y provocó que ella corriera a su puerta esperando ver al chocolatero.

—Me alegra tenerte...

Malorie no terminó de hablar, pues se dio cuenta que el chocolatero no estaba ahí, sino Leonardo. Ella quedo muda y él se molestó, pues no creyó que a ella le desilusionará verlo.

—Creí que ese recibimiento era para mí hasta que no terminaste tu oración —comentó el asiático de forma seria—. ¿Vine en un momento inoportuno?

Malorie se incomodó y sólo se limitó a abrir más la puerta para dejarlo entrar. Él aceptó la invitación y en eso, el teléfono de Malorie sonó y ella corrió a atenderlo, dejando a Leonardo atrás. Eso lo hizo notar a él que Malette tenía algo con alguien y no era un tonto para suponer con quién, y eso otra vez lo hizo sentir mal.

¿Eres tú? —preguntó Malorie al teléfono.

¡Por supuesto! —aclaró con una enorme alegría el chocolatero—. De hecho, hoy quiero hacer algo diferente. Siento que sería bueno caminar en el exterior, ¿podríamos hacerlo?

—¿Estás seguro? —preguntó ella tan feliz que lo miraba tan irreal.

—¡Pero claro que sí!

Sin embargo, Malorie reaccionó que tenía visitas y con un dolor de su corazón, decidió rechazar para no dejar malos momentos a Leonardo.

—¿Lo dejamos para otro momento? Tengo visitas y no puedo dejarlas solas.

ʟᴀ ʀᴇᴘᴏʀᴛᴇʀᴀ ʏ ᴇʟ ᴄʜᴏᴄᴏʟᴀᴛᴇʀᴏ 🍫ᴡɪʟʟʏ ᴡᴏɴᴋᴀ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora