Nos vestimos y salimos del salón tomados de la mano, le pedí que me mostrara la casa e iniciamos con el recorrido por la enorme cocina que estaba a un lado del salón, después seguía el comedor, la sala, bajamos unas escaleras y llegamos a la piscina que era iluminada por la luz de la luna llena que brillaba en lo alto del cielo.
—¿Qué te parecería nadar un poco? —sugirió abrazándome.
—Suena bien, pero tendríamos que subir a ponernos el traje de baño.
—¿Y quién dijo que forzosamente se necesita traje de baño para nadar? —exclamó sonriéndome con esa típica osadía en su rostro.
—No, no, no, eso no lo haré.
—Anda, será divertido.
—Sasuke, además de tu familia, hay quien sabe cuántas personas trabajando.
—Pero no tienen porqué venir aquí. Además, supongo que ya se irán a dormir.
—Eso es lo que tú y yo deberíamos de hacer también.
—Pero, después de nadar. Anda corazón, sólo un ratito, te aseguro que nadie se enterará, seguro que todos deben estar haciendo lo mismo que tú y yo.
—¡Sasuke! ¿No tienes respeto por tu familia?
—Claro que lo tengo, pero eso no me impide ver la realidad, Saku, ¿de dónde crees que salimos mis hermanos y yo? ¿Por qué crees que Izumi está embarazada?
—No pongas esas imágenes en mi cabeza, por favor.
—No te asustes corazón, desde niño me enseñaron a ver el sexo de lo más natural, tal cual es, una función del cuerpo y no tiene nada de malo hacerlo, al contrario; así que vamos a la piscina.
—Pero, ¿cómo vamos a atravesar la casa todos mojados para llegar a la habitación?
—No te preocupes por eso, ¿ves este mueble? —dijo y se paró frente a uno pequeño que no había visto—, aquí se guardan las toallas —explicó en tanto abría la puertita y sacaba dos—, ¿lo ves? Asunto arreglado.
—Qué loco estás —exclamé sonriendo y moviendo la cabeza.
—Ya sabes bien la razón de mi locura —respondió y se quitó toda la ropa—. ¿Te ayudo?
—No, gracias, yo puedo sola —dije y me despojé también de toda mi ropa.
Sasuke se aventó un clavado casi perfecto mientras que yo caminé a la escalera para bajar, sintiendo como el viento acariciaba mi cuerpo y erizaba mi piel. Cuando entré a la piscina Sasuke me recibió, el agua estaba un poco fría y me sugirió que diéramos algunas vueltas para acostumbrarnos a la temperatura. Acepté, pero le dije que no era muy buena nadadora y me respondió que no era una competencia, así que nos sumergimos y nadamos hasta el otro extremo y de regreso. Sasuke llegó primero y me esperó, me echó agua al llegar y yo le devolví la maniobra, estuvimos jugando un rato hasta que me di por vencida y volvimos a nadar al otro lado y otra vez de regreso.
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¿Estás libre esta noche? (ADAPTACIÓN)
RomanceSólo hay tres simples reglas a seguir: 1. No nombres. 2. No preguntas personales. 3. No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido le da a Sakura en su primer encuentro, pero, ¿para ambos será igual de simples seguirlas al pie de la l...