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I | Bienvenidos

Estaba apunto de anochecer, se encontraba en el lugar dónde habían acordado verse tras un largo tiempo, su único acompañante era su fiel caballo negro, Bantis*

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Estaba apunto de anochecer, se encontraba en el lugar dónde habían acordado verse tras un largo tiempo, su único acompañante era su fiel caballo negro, Bantis*.
Encendió una hoguera, le agradaba el frío pero no quería que este fuera la causa de su muerte. Sabía dónde se encontraba y estaba preparada.
Se sentó en un tronco que estaba tirado en medio de aquel oscuro bosque, para ser más exactos, en Bosquespeso, un lugar a unas cuantas leguas del Muro.
Comenzó a limpiar su daga con un paño, asegurándose de que no quedasen restos de la sangre de un ciervo al que acababa de cazar y trocear para tener algo que llevarse a la boca.

Cuando terminó colocó la daga de hoja serpenteada de vuelta a su funda, situada en el cinturón de sus pantalones.

Se frotó las manos junto a la hoguera en un intento fallido de entrar en calor.

Tras unos minutos escuchó el crujido de hojas siendo pisoteadas y el trote de caballos, unos cinco aproximadamente.
Se levantó con pesadez del incómodo tronco en el que estaba sentada, dispuesta a recibir a un viejo amigo.

Tras unos segundos consiguió deslumbrar la figura de aquel al que esperaba entre los árboles.

El hombre bajó de su caballo lentamente y se colocó a pocos metros de la chica, que estaba totalmente quieta, tan inexpresiva como siempre. Ambos guardaron silencio por unos segundos, sin apartar la mirada el uno del otro, provocando que los demás hombres que aún estaban a lomos de sus caballos se sintieran inevitablemente incómodos por la situación.

Tras un largo silencio, ella decidió dar la primera palabra al mismo tiempo que daba un paso al frente y acortaba la distancia entre ellos.

-Benjen Stark–dijo cautelosamente con una pequeña sonrisa en su rostro–. Llegas tarde.

-Yo también me alegro de verte– respondió ladeando la cabeza y entornando los ojos.

El resto de hombres se tensaron, perplejos ante la carencia de modales entre ambos, tras unos segundos que parecieron eternos, los dos comenzaron a reír, lo que causó más confusión al resto.

Benjen se acercó a la chica y la abrazó sutilmente, ella con una ligera sonrisa le devolvió el abrazo.

–Venid por aquí , he preparado una hoguera y conseguido cazar algo, no es mucho, pero sí lo suficiente.

Benjen la siguió sin titubear, por lo que los demás hicieron lo mismo, algunos de ellos desconfiaban de la chica, pero sin duda, todos estaban sorprendidos de ver a una mujer aparentemente joven como ella sola en un bosque en noche cerrada.

𝘽𝙚𝙮𝙤𝙣𝙙 𝙩𝙝𝙚 𝙬𝙖𝙡𝙡 |𝙂𝙊𝙏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora