CAP. 03 | Presunción de culpabilidad

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Mientras la calma volvía a las horas en que se debería estar desayunando la entrenadora de mirada neutra volvía adentro del Centro Pokémon con su combusken. Encontrando como el chico le entregaba a la enfermera su pokeball para dejarla en la caja de recuperación.

Por unos segundos a Scatha le genera interes pero tampoco era alguien que se metía así como así en los asuntos ajenos. De todas formas ahora lo único que le interesaba era preguntar lo del estado del pequeño pokémon que rescató anoche, pero como no vió al enfermero que le ayudó antes prefirió irse primero a la cafetería donde compró unas chocolatadas para ella y su compañero, con malasadas incluidas. Nunca las había probado así que era la oportunidad.

Fueron unos minutos agradables luego del disturbio mañanero. Pero no demoró en ver como alguien familiar venía hacia la mesa de ellos; el enfermero de anoche, que se acercó con cautela hacia donde se encontraban ella y Crispín.

-Oh guenof díaf, enfermero. -Habla con la boca llena para luego tragar. -Que bueno verlo, lo buscaba. -No sabía si era chico o chica, pero de momento no le importaba ese detalle. -¿Tiene algo para decirme?

-Em, sí... justo te venía a buscar por eso -el joven no parecia feliz con algo. -¿Podría venir conmigo un momento? El doctor que atendió a popplio quiere hacerle unas preguntas.

-Claro. -La joven adulta limpió su boca con la servilleta, levantandose de su asiento dejando su morral en la silla. -Cuida mis cosas, Cris.

-¡Combusken! -Pió su compañero terminando su desayuno a picotazos.

-¿Pasó algo malo? -Se apuró en preguntar mientras seguía al joven enfermero hacia el fondo de la sala, pero este no dijo nada sino hasta pasar la zona de recepción.

-Por aquí. -Abrió la puerta donde aparecía el cartel de "solo personal autorizado". A la entrenadora ya le preocupaba la actitud de este pero se enfocó en seguirlo como quería.

Al final del pasillo ambos entraron a una habitación, muy blanca, con estanterías llenas de instrumentos médicos, libros y archivos. Una oficina muy ordenada y normal en principio.

Dentro de la habitación un doctor esperando sentado al otro lado de una mesa café y un computador de oficina, con su bata blanca y el clásico estetoscopio en el cuello. Su cara era hermosa y juvenil, tallada por los mismos mega-absol.

También para su sorpresa la oficial de antes esperaba con mirada de asecho en la misma habitación, parada al lado del escritorio del doctor, con los brazos cruzados y una mirada de recelo. El chimeco y el glaceon estaban al lado de sus respectivos entrenadores.

Cuando la puerta se cerró el enfermero decidió dar las primeras palabras.

-Es ella. A-anoche luego del toque de queda apareció en emergencia. Sus palabras fueron claras, "lo encontré en el mar", por tanto supongo que no es... suyo... espero. -Fué bajando el tono de voz.

-¿Estas seguro que fue como dices? Podría estar mintiendo, Soren. -Agregó la oficial.

-¿Eh? ¿A qué se refiere? -Intervino Scatha, pasando su mirada de la oficial y al doctor.

-Por favor, Viviana. -Interrumpió el doctor. -Dejemos que nos explique mejor la señorita. Ninguno criminal es tan tonto como para traer un pokémon que maltrato al Centro Pokémon, ¿no? sería ilógico. -Sonrió el doctor, a primeras no lo aparento pero incriminó con mucho más peso a Scatha que el otro par. -Soy el doctor Yukina de cuidados intensivos, este es mi asistente, el enfermero Soren y ella la oficial Knees de la comisaría de Akala. -Presentó con cortesía usando las manos. -Si no es molestia tenemos algunas preguntas que hacerte.

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