CAP. 15 | La luz qué nos guía

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Región Kalos • Ciudad Luminalia • 05:04am

Parada al borde del edificio más alto, la Torre Prisma ofrecía una visión completa de toda la hermosa ciudad de arquitectura barroca. Que con sus luces, farolas y edificios cada estrella de la noche se ocultaba de la envidia y con el invierno a flor de solsticio cada copo de nieve reflejaba en su escarcha la capital de la región. Todo cubierto por un delgado velo de nieve blanca.

La capa púrpura de Verónica ondeaba a la fuerzas del viento que abrazaba el rascacielos. Un gorro de bruja con los dibujos de unos ojos de gengar y un tapabocas con diseño de sus dientes puntiagudos y maquiavélicos acultaban su rostro. Mimikyu se posaba en su hombro contemplando el increíble paisaje, jugueteando con las garras cada copos de nieve que caían.

Lirio también estaba ahí, observando la ciudad con su porte en alto, los brazos cruzados y un cigarro entre los labios. Tenía un abrigo largo, negro y grueso puesto para protegerse de la leve ventisca.

Sentada justo al borde estaba Sabrina, la líder de gimnasio de Azafrán, con una pierna flexionada y su alakazam justo detrás. Vestida con las prendas deportivas que usa para combatir en el gimnasio. Alakazam formaba una barrera psíquica sobre ella que la protegía de la nieve cual paraguas.

—¿Falta mucho, Clem? —pregunta Verónica girando su cuerpo hacia el centro de la azotea.

Una chica rubia, guapa y de proporciones delicadas estaba sentada de rodillas usando un computador, pasando sus dedos rápido golpeteando el tecleado con agilidad y velocidad. Varios cables se unían en aquella PC y una caja negra que hacía de intermediario entre está y la antena de la torre.

—Solo un poquito, las conexiones con la torre c-314 estan demorando más del doble. Maud está intentando recuperar la señal conmigo desde la frontera. —La chica tenía unos auriculares donde estaba llevando una conversación a tiempo real con la otra receptora mencionada. Conectaba y deshacía conexiones por los cables mientras los volvía a configurar manualmente en su computador. Su dedenne estaba dormido y abrigado en su escote ya que su entrenadora tenía un abrigo de piel sintética muy cálido puesto.

El veterano domadragones, la líder psíquica y entrenadora encapuchada miraron hacia abajo inmutados por la gran altura de la torre, contemplando como la nieve se asentaba en cada pequeña superficie, incluyendolos a ellos.

—¿Mh? —Lirio subió la mirada hacia el cielo, observando como una sombra más oscura planeaba bajo los nubarrones y entre aleteos fue descendiendo a la torre arrastrando la nieve que caía detrás de su enorme cola.

—¡Arrtiic! —Articuno volaba impotente en los cielos de Luminalia cargando en su espalda un viejo conocido para Lirio.

—¡Jaj! Por fin a llegado este. —Exclama el domadragones dándole un último suspiro al tabaco antes de botar la colilla. Observando cómo el hielo-volador aterrizaba con un sublime cernir en el otro extremo de la torre. De su espalda un hombre robusto con un chandal sobre los hombros se desmonta del Ave Legendaria. Dando unos pasos más cerca de la luz se encamina hacía el otro hombre con familiaridad.

—Ya pensaba que nos dejarías tirados está noche por estar complaciendo a tu mujer. —Le estrecho la mano con fuerza, una palmada varonil. —Es bueno verte de nuevo, Edel.

—¡Que sí, hombre! Que te digo yo que me presentaría sin importar qué. —Rió con fuerza correspondiendo la estrechada de manos. —Pues yo te diría lo mismo, ¿eh? —le guiña el ojo.

Clem seguía en sus cosas y apenas levantó la vista para ver la llegada del nuevo miembro.

Verónica seguía parada en el borde pero se emociona al ver a los nuevos llegados. —¡Holaaa! —. Salta del borde de un salto y pasa corriendo hacia él.

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