【Metrópoli: Everything will be ok - 1ra Parte】
『Todos creen que el mundo es perfecto.
Todos creen que su realidad es la mejor.
Todos creen que están bien.
Todos necesitan ayuda.』
❝-Todos somos iguales... ¡Seamos amigos!❞
✦Nct dream OT7
✦Tragedia/ Th...
[Markhyuck stuff/ contenido +18/ violencia gráfica/ m-preg/ age gap]
Extensión: 2.300 palabras aprox.
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My love is unique
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La vida es hermosa. La vida es para disfrutar. La vida es una sola. La vida hay que vivirla. La vida es dura. La vida no siempre es color de rosa. La vida te pega con un ladrillo en la cabeza. La vida te da la espalda cuando algo no sale bien. La vida sólo es. La vida mayormente es triste, esta te da las mejores como las peores sorpresas. Y eso DongHyuck lo sabía muy bien.
Lee DongHyuck o como le decía su pareja Mark Lee, "Haechan". Sabía muy bien el sentido de la vida, el como esta te maltrataba, como te daba falsas alarmas, como te daba la felicidad del momento a cambio de un futuro catastrófico y vil. Y sí que lo sabía más que bien.
—Haechan... sabes que te amo, ¿verdad? —dijo el rubio a su amado, aquel que le veía con una gran luz en sus ojos. Destellos multicolores adornaban su iris al ver al dueño de su corazón y fuegos artificiales martillaban su mente haciéndole ver una estela deslumbrante alrededor de ese perfecto cuerpo, que hace unos minutos sólo embestía con fuerza su punto profundo, ese era Mark Lee—. Supongo que tu igual a mi, precioso. —El contrario asintió embobado—. Te tengo una propuesta Hmm... ¿Qué te parecería formar una familia? —Sonrió.
—Pero si ya tenemos a Sandy, amor~ —dijo el contrario sin despegar su vista de aquel ser casi etéreo, a sus ojos. Sandy era su mascota, esta ya estaba cuando había llegado a casa de Mark, fue salvada de la calle y era merecedora de voluptuoso amor de parte de ambos, casi sintiéndose como padres orgullosos de su primer hijo.
El otro le miró con ojos burlones, no podía creer lo ingenuo e inocente que era, aún así eso fue lo que le cautivó del peligris. Haechan era la mezcla perfecta entre pureza y atrevimiento. Hablaba, casi te atropellaba y arrollaba con sus palabras un poco bruscas, pero luego de que lo conocías era tan similar a un malvavisco, de esos rellenos de azúcar extra convertida en un extraño líquido viscoso, al punto de darte diabetes, tanto así, que te volvías dependiente de la insulina. Mark Lee tenía que resistirse a no apretar esas suaves mejillas morenas que tanto amaba morder cuando hacían el amor, que tanto amaba colorear con sus comentarios subidos de tono, que tanto amaba tocar cuando estaban en público como una pareja normal. Bueno, en fin, ellos eran normales, que más daba.
—Estaba hablando de un hijo —pausó—, un hijo humano de carne y hueso, ser humano que saldrá producto de nuestro amor, Haechanie~ —Rió, mostrando su perfecta fila de dientes, acto seguido besó la respingada nariz del moreno.
