01 | THE ICE DRAGON

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Siendo tan solo un bebé, había debido abandonar su tierra natal para evitar que los adherentes del hombre encargado de derrocar y masacrar a su familia conocieran su existencia y pusieran término a su joven vida a raíz de la sangre que corría en sus venas.

Gracias al hombre más leal del mundo y a las misteriosas ruinas de Valyria, había logrado madurar hasta convertirse en una mujer capaz de comprender la crueldad del exilio que se había visto obligada a experimentar gracias a la obsesión de Robert Baratheon. Y, más allá de toda creencia, desarrollado la habilidad de controlar poderes durmientes durante milenios debido al conocimiento oculto en la morada ancestral de los Señores Dragón.

Aunque su vida oculta en las profundidades de Valyria jamás había sido la mejor, las reliquias y los huevos de dragón petrificados por el enorme cataclismo volcánico habían compensado su anhelo por una familia más allá de Arthur Dayne. A pesar de las diferencias, los dragones a los que había dado vida gracias a sus extraños poderes y los Hombres de Piedra que parecían obedecerla como una Reina desde la más tierna infancia habían acaparado para sí un lugar en su congelado corazón.

Las pocas veces que había logrado convencer a su fiel protector de permitirle explorar el mundo más allá de Valyria, había regresado a su escondite con conocimiento de Essos, libros que no se hallaban carbonizados ni convertidos en alimento de polillas. Y, gracias ello, comprendía que el resto del mundo consideraba las ruinas del Imperio que los Señores Dragón habían construido como un lugar maldito del que ningún hombre era capaz de regresar. El mismo Arthur había dado por terminada su vida cuando una tormenta había desviado el barco que los llevaría a Asshai hasta las ruinas de Valyria, donde los Hombres de Piedra habían masacrado a toda la tripulación con el único fin de llegar a su cuna.

Habían pocas cosas en el mundo de las que podía llamarse dueña pues su vida en las ruinas de un Imperio que alguna vez había abarcado casi la totalidad del mundo carecía de lujos y posesiones más significativas que alimento y abrigo. Sin embargo, gracias a sus sueños, había sido capaz de hallar uno de los pocos tesoros existentes capaces de inspirar en ella familiaridad. Aún después de años, no era capaz de comprender como Hermana Oscura había llegado a las ruinas de Valyria, pero agradecía a sus poderes mágicos haberla guiado hacia la espada de la Reina Oscura de Aegon el Conquistador, a quien debía su nombre.

Arthur, durante mucho tiempo, se había negado a revelar su habilidad con la espada pero, cuando sus visiones habían comenzado, se había vuelto imposible para él ocultarle su pasado como guerrero al servicio de la Casa Targaryen. Con Hermana Oscura en sus manos, había convencido a la Espada del Amanecer de entrenarla en combate, de pensar en ella como una mujer capaz de protegerse a sí misma más allá del uso de magia y dragones. Y, además de la ayuda de su protector jurado, conseguido la confianza de una leyenda en los Siete Reinos, un caballero del que Arthur no podía enterarse.

-Eres mejor que esto-Arthur pateó de sus manos la espada de acero valyrio, provocando que cayera sobre su trasero al salir de sus pensamientos. Ella sabía que la verdad estaba en las palabras de su protector, pero no tenía la fuerza para enfrentar sus lecciones diarias de esgrima después de los sueños que había experimentado la noche anterior. Muchas veces en el pasado había soñado con criaturas inhumanas, pero los espectros de hielo que habían amenazado con atacarla, habían logrado estremecer su alma de la peor manera.

-No puedo continuar-Visenya saltó sobre su costado con el fin de ponerse de pie, acariciando distraídamente las piezas de cuero que protegían sus manos antes de recoger y situar en su espalda a Hermana Oscura-. No tengo la fuerza suficiente este día.

-¿Tus sueños te han enseñado horrores otra vez? -La Espada del Amanecer inclinó la cabeza hacia un lado para captar su mirada, la cual se encontraba oculta por un velo de abundante cabello blanco-. Los sueños jamás han lastimado a alguien.

DAWN | GOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora