DAWN | GOT

02 | BE STRONG

Visenya cruzó los brazos sobre el pecho al mantener sus ojos púrpuras en la pétrea mirada de Aenar Pyke, que luchaba contra el viento salino para acceder a las cuerdas que sostenían la vela de la pequeña embarcación que montaban.

-Soy un Hijo del Hierro, y como Hijo del Hierro, soy la persona más adecuada para controlar el timón de este... trozo de madera-Aenar arrugó la nariz antes de observar el velero de manera desdeñosa, específicamente el pequeño agujero que permitía al mar ahogar los tesoros que habían logrado extraer de Valyria. Al observar a sus hijos recién nacidos, Visenya liberó el timón de la nave y permitió que el bastardo tomara el mando-. Gracias al Dios Ahogado. Hubiésemos terminado en Braavos a este paso.

-Al contrario de lo piensas, puedo navegar un barco-Ella gruñó hacia el hombre obstinado, notando aquella singular sonrisa en sus labios carnosos. Después de parchar el agujero en la embarcación con un poco de hielo, sostuvo en sus manos desnudas dos pequeños trozos de carne hasta cocinarlos con el fuego que bailaba alrededor de sus dedos-. Pero no tome el timón porque dudara de tus habilidades de navegación, lo hice porque un kraken está cerca.

-¿Un kraken? -frunció el ceño Aenar, y entonces tragó saliva. El kraken era el emblema de la Casa Greyjoy porque, como bandoleros del mar, los primeros Hijos del Hierro habían adorado el poder que aquella bestia tenía para hundir naves-. He sobrevivido al ataque de un kraken, pero no es una hazaña que me gustaría realizar otra vez. Debo decirte que si continuas hablando de bestias y almas malditas, te repudiarán en las Ciudades Libres. Los brujos no son bien aceptados.

-Bestias y almas malditas... no tienes idea. Has surcado los catorce mares, pero jamás viste lo que esas aguas albergan-negó Visenya, rindiéndose ante la naturaleza del hombre promedio. Parecía ser que nadie deseaba saber la verdadera naturaleza del mundo, y que los pocos que se atrevían a indagar los grandes misterios, eran idiotas que terminaban muriendo-. Muchas de las criaturas que una vez recorrieron el mundo desaparecieron cuando la magia menguó. Una vez, existió un ave inmortal capaz de renacer de las cenizas, sus lágrimas podían curar toda enfermedad... y por ello los hombres la codiciaron. No sé si aún existe en algún lugar del mundo, pero la historia del fénix me enseñó que incluso la muerte no es eterna.

-Jamás he oído sobre el fénix-apreció Aenar antes de notar la triste expresión de la mujer-. Los dragones se consideraban extintos, pero estoy sentado junto a dos de ellos. Tal vez, el hombre deba reconsiderar todo cuanto sabe. Puedo... creer que una criatura como el... fénix... alguna vez existió-admitió el Hijo del Hierro, consolando a la Madre de Dragones-. ¿Cuál es el plan? No puedes arribar a Astapor sosteniendo ser la hija de Rhaegar Targaryen. Robert Baratheon odia a toda persona con sangre Targaryen, y si él se entera de que el Príncipe Dragón embarazó a...

-Él no violó a Lyanna-negó Visenya con un suspiro-. Ambos se amaban. Rhaegar anuló su matrimonio con Elia Martell para casarse con... mi madre. Desgraciadamente, eso me convierte en su única heredera, y en un Targaryen legítimo. Nací para convertirme en la Madre de Dragones-alimentó a los bebés en su regazo con la comida que había preparado para ellos, pues éstos aún eran demasiado jóvenes para sostener una llama-. Toda mi vida estuve oculta en Valyria porque sabía que Robert Baratheon no descansaría hasta matarme si llegaba a conocer mi existencia. Pero me di cuenta de que no debo temer a hombres como él... solo el tiempo puede matar a un dragón de hielo-declaró la mujer con convicción-. ¿Por qué jurar lealtad a una mujer como yo, Aenar Pyke? ¿Tanto odio albergabas hacia tu padre?

-Euron jamás fue un padre para mí, solo fue el hombre que folló a mi madre-El Hijo del Hierro apretó las manos sobre el simple timón de la embarcación, causando que los nudillos en sus manos callosas se tornaran blancos-. ¿Por qué ir a Astapor? Una mujer como tú encontraría muchas más respuestas en Qarth o en Asshai de la Sombra.