nuestro secreto

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Narra Cristian

- Se tardaron mucho - me quejo al ver a mi hermana y su amiga, que ya es parte de la familia Pavón.

- Bue. No te quejes culiado porque vos te olvidaste de comprarnos los pochoclos - pone los ojos en blanco - dale, camina porque tenemos sueño y queremos llegar a casa -.

- Deja de mentir. Seguro ahora tienen sueño y después se quedan hasta las cinco de la mañana boludeando - hablo.

Caminamos hasta el estacionamiento, nos subimos al auto, y emprendo viaje a la casa de mi vieja.

En todo el camino las chicas no paraban de cuchichear, reírse y dar grititos insoportables.

- ¿Por qué tanta felicidad?- pregunto mirandolas de reojo - ¿Andan hablando con alguien especial?-.

- ¡Ay que decís Kichan!- se queja Lu - no tonto, estamos viendo el perfil de Instagram de una chica. Es famosa en Inglaterra, y está acá en Buenos Aires. Es una de nuestras idolas -.

- ¿Pero es inglesa? - pregunto.

- No. Nació en Argentina, acá en Buenos Aires, sus papás son argentinos - me cuenta.

Asiento y dejo que sigan con lo suyo.

Un par de minutos después, llegamos a casa.
Bajamos del auto, las dejo en la casa de mis viejos, entro a saludar rapidamente y me voy a mi departamento.

Cuando llego reboleo las llaves en la mesada de la cocina, agarro de la heladera un poco de agua y me voy a dormir.

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Trato de controlar mi respiración, me pasan una botella de Agua y la tomo.

- ¡Todo por hoy muchachos!- grita Bataglia.

Con la botella en mano me acerco a la mini ronda dónde están Fabra, Villa, Izquierdoz, Vazquez, Almendra, Orsini, Wigandt, Rojo, Lopez, Cardona y algunos pibes de la reserva; Mancuso, Taborda, Montes y Vega.
Cuando estoy cerca de ellos, se van Montes y Vega saludandome con la mano. 

- ¿Qué dice la banda?- pregunto cuando llego hasta ellos.

- Las ortivas éstas no quieren ir hoy a bailar - se queja Villa.

- El colombiano cada vez más argentino - jode Almendra.

- Yo no puedo panitas. Le dije a Tati que salimos a comer - habla Frank.

- Yo tampoco - habla Cardona.

- Yo voy - le digo.

- Yo también - Wigandt.

- ¿Ustedes pibes? ¿Se suman?- pregunta Licha a los pibes.

- Estoy complicado - niega Mancuso.

- Yo voy - dice Taborda.

- Van los mismo de siempre - dice Wigandt - Álvarez, Foyth, y los otros. Bha, con los que nos llevamos bien -.

Asiento.

- Bueno chau polleras - saludo a todos.

- ¡Usted porque no está casado pana!- me grita Cardona.

Camino hasta mi auto, pero me acuerdo que había quedado en llevar a Wigandt a su casa.
Estaba por volver pero lo veo acercarse.

- Me olvidé que hoy te llevaba - le digo.

- Nha no pasa nada - entramos al auto - igual no voy para casa. Necesito que me lleves al trabajo de Mia -.