Eran las cinco de la tarde. Daba vueltas en la cama con el celular en la mano. Hoy había dormido más de lo usual. Me daba el permiso porque no tenía nada más que hacer. De hecho, hasta ahora me di cuenta que no vine con un plan a Colombia. No sabía dónde iba a estudiar. No sabía dónde trabajar. No conocía a nadie y las únicas personas que podría considerar como contactos probablemente ni recordaban mi nombre.
Amanecí con el contacto de Sarita en el móvil. No sé cómo llegó allí; no recuerdo en qué momento me lo dió. No la voy a llamar. No le voy a escribir. Si quiere hablar, que me hable ella. Dos vueltas más en la cama. Me sentía sola. El techo es lindo, al menos. Tiene unas cuantas estrellas de luz de niño pegadas en ella. Ahora sentía que ocupaba el lugar de mi prima. Ella falleció hace siete años después de luchar toda su vida con un cáncer de piel. Aún recuerdo su sonrisa. Tendría en este momento mi edad. Recuerdo que cuando iba a Barcelona construíamos campamentos con las almohadas de la sala. Recuerdo que me contaba que le gustaba un chico y quería ir al baile con él. Murió dos días antes del baile, antes de poder decirle que gustaba de él.
Carajo. No me había dado el espacio de pensar en mi prima desde su muerte. Supongo que no quería hacerlo pero sabía que las lágrimas tendrían que salir algún día. Pasó el tiempo y me aleje de mis tíos, no quería nada que me recordase de su inocencia pero aquí estoy, bajo sus estrellas. A mi prima le confesé todo en mi vida. Fue la primera que supo que me gustaban las chicas. Juró cuidar de mis confesiones y efectivamente se llevó consigo mis secretos a la tumba. Dos vueltas más en la cama. No puedo pensar más en ella. En ellas. No puedo pensar más.
Tomé una ducha y me propuse buscar una universidad donde estudiar. Encontré una universidad con plazos abiertos para estudiar ingeniería química. La UQA ofrecía un programa de cuatro años con todas las materias que más me llaman la atención y da la oportunidad de hacer un énfasis en fisicoquímica o química analítica. Es perfecta. Decidí enviar todos mis papeles y estuve toda la semana haciendo las vueltas necesarias. Entender esta ciudad es un poco complicado, aún se me dificulta el transporte público, los tráficos y saber qué zonas son inseguras así que prefiero planear todo con tiempo.
Una semana pasó entonces desde que me distraje con los estudios. Ahora era domingo y me encontraba otra vez en cama dando vueltas y pensando. Sarita no me volvió a escribir. No le importo de esa forma. Otra vez estoy llorando, creo que será tradición dominguera. Ví mi móvil y tenía dos mensajes perdidos: uno de Armando y otro de Sarita.
Armando: "bebe, mañana tengo una reunión en mi casa porque es mi último día en Colombia, ven y trae trago"
Sarita: "Hola, ¿vas mañana? Es que siento que no conozco a nadie más allá jaja"
Primero, si me llama la atención ir a la fiesta, necesito conocer más gente. Segundo, solo soy una conocida para Sarita. Una conocida. Esa noche no valió nada más que para satisfacer los deseos de una mujer vacía y alcohólica. Está bien, si a eso quiere jugar entonces a eso jugaré. Iría al día siguiente con la mejor de las pintas y la trataría solo como a una conocida. "No debía ser difícil", pensé yo, pero estaba equivocada.
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Hola chicos, no se les olvide comentar y darle me gusta para animarme a seguir subiendo capítulos. Los lectores fantasmas me asustan un poco jaja.
La pregunta de hoy es: ¿crees que Sarita y Clara van a estar juntas?
Gracias por todo el apoyo.
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Tóxica.
General FictionLa vida de Clara, una chica española, cambia drásticamente cuando llega a vivir a Medellín. Allí conoce a una Sarita, una mujer que la despierta sexualmente. Entra a la universidad más prestigiosa de latinoamérica, lugar con los mayores secretos y e...