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Changbin trabaja en un restaurante de mesero, era un buen trabajo.
Cada que llegaba a casa un frío aterrador le invadía el cuerpo, subió las escaleras se dirigía a su habitación, cuándo entró pudo notar a Hyunjin, esté estaba sentado cerca de la ventana atrás de él se podía apreciar la hermosa vista de Seúl, Hyunjin sonrió con tristeza.

- Otra vez - Dijo Hyunjin.

- Te extrañe - Changbin se acercó al menor.

Cada vez que Changbin abrazaba Hyunjin no podía sentir calor, no podía sentir amor.

- Ya comiste algo - Preguntó el mayor.

- No, no tengo hambre. - Contestó Hyunjin.

- Si no te importa bajaré y haré de cenar, muero de hambre. - Changbin le sonrió.

Hyunjin notó como su novio se iba de la habitación.

Changbin se encontraba cocinando, Hyunjin casi no comía pensó que tal vez debería llevarlo al doctor.

Una vez que la cena estuviera lista Hyunjin bajó hacia el comedor y solo observó cómo comía el otro, Changbin era como un niño, un niño que te transmitía ternura pero a Hyunjin lo único que le transmitía era dolor.

- Hyunjin te ves un poco cansado, seguro que estás durmiendo bien. - Preguntó

El nombrado solo asíntio con su cabeza.

(🥀)

Changbin se despertó debido a su alarma, el debía de alistarse para poder ir a trabajar.
Cuándo volteó noto a Hyunjin dormir, esté se veía hermoso, un poco más pálido de lo normal.
Dejó de apreciar su belleza y se dirigió al baño.

El agua estaba fría, todo en aquella casa era frío.

- Hyunjin - La voz de Changbin era más un susurro.

- Mandé - Hyunjin hacía pucheros al contestar, estaba cansado.

- Ya me voy, te veré al rato, te dejé comida. - Volvió a susurrar.

- Si gracias, ten un lindo día. - Hyunjin abrió sus ojos.

- Te amo. - Al terminar esas palabras Changbin besó la frente Hyunjin, esté solo le sonrió.

Cuando el mayor salió del cuarto Hyunjin miró la ventana y las lágrimas empezaban a brotar, sus mejillas otra vez estaban listas para el recorrido de su llanto.

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