VORES FARVEL _†Park Jimin†_

CAP. 4

Habían pasado ya 5 días desde que llegué a mi nuevo hogar. Mi madre y hermanos me visitaban constantemente pero en especial Beomgyu, y no me quejaba se sentía bien tener a alguien con quien platicar de lo terrible y triste que era el hospital.

Habían veces en las que salíamos al jardín y veía a Jimin practicar su baile o en otras veces simplemente miraba las nubes recostado en el sesped.

-¿Cómo te encuentras el día de hoy Yeon?- pregunto la enfermera con una sonrisa ladina en su rostro.

- Con hambre- me sincere.

- Es por eso que te traigo la comida- respondió neutra sin borrar la sonrisa de su rostro y con una charola en manos.- Es el menú de hoy, espero y hoy si lo comas todo.

Hice una mueca de desagrado al ver lo que había en la charola por lo que ella río. Desde que llegué la comida había sido en pequeñas porciones de verduras junto a aguas de frutas sin azúcar. Probé la comida e intente hacer una sonrisa falsa pero más que eso salió como una mueca de desagrado por lo que la enfermera río.

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Al dar las 4:30 de la tarde salí a tomar un paseo al jardín, ya que era sábado y no se permitían visitas en fines de semana Beomgyu no se encontraba junto a mi.

Me senté en el sesped dejando que la bata blanca que cubría mi cuerpo hiciera contacto con el viento provocando así que se levantará en algunas ocasiones. A lo lejos pude ver el lugar en donde Jimin siempre ensayaba pero no sé encontraba ahí.

Suspire ante aquello y mire al frente. Contuve un grito ahogado al ver que Jimin estaba frente a mi en cunclillas con una enorme sonrisa, su cabello estaba ligeramente despeinado por el viento, sus mejillas estaban de un tono carmesí junto a sus labios.

- Casi me matas de un susto- confesé llevando una mano a mi pecho haciendo un gesto exagerado.

- Tendré que cuidarte más entonces- se acomodó a mi lado.- No quiero que mi única compañía aquí se valla y me deje solo.

Mis pecho ardió y con el mis mejillas las cuales ya habían tomado un tono carmesí. Soltó una risa burlona lo mire de reojo y volvió su mirada al cielo.

- Te gusta mi baile ¿Cierto?- soltó sin siquiera mirarme por lo que me quedé helada sin saber que decir, no formulaba nada ante aquella afirmación.- Si lo sé, soy bueno bailando, aunque debo entrenar aún más.

- No te he visto bailar, no afirmes  cosas sin antes tener alguna razón o prueba de ello- mentí.

- Yo no miento- me miro.- Te he observado, de hecho se podría decir que hay bailes para ti.

Mis mejillas volvieron a tornarse del color carmesí, el calor subió a mi pecho y mis manos comenzaron a sudar sin alguna razón.

-¿Quieres ir a mi habitación?- lo mire anonadada por lo que río a carcajadas, llevo una de sus manos a su boca y me miro.- No creas que es para eso- se levantó moviendo su cabeza en modo de negación.- No por el momento- me guiño un ojo y sonrió con picardía.

- Eres un tonto lo sabias- me puse de pie a su lado.

- Si lo sabía, pero así me quieres- me tendió una de sus manos por lo que acepte.

Comenzamos a caminar por el jardín, despues por los pasillos del hospital hasta llegar a su habitación, ninguno de los dos tocó algún tema de conversación, solo fueron risas y algunos gestos de su parte.