Parte ocho

2.4K 276 51
                                    

Estar de esa forma con Nam Joon, no era como lo que conocía. Nada de lo que provocaba en mi persona eran sensaciones que conocía, no había pensamientos de morbo ni nada parecido a cualquier pensamiento sucio. Solamente éramos dos cuerpos casi actuando como si cada una de las acciones estuvieran escritas.

Porque se sentía de esa forma, tan natural y a la vez irreal. Ni siquiera éramos personas, sino pensamientos que sólo podían gritar ahogadamente el nombre del contrario, dolorosamente, porque las ilusiones son dolorosas. Estar con Nam Joon era una de ellas, pero cuando escuché de sus labios mi nombre en un sonido jadeante decidí que no quería que fuese dolor el que sintiera. Porque mi corazón aceleraba de algo más fuerte que eso, algo más fuerte y por mucho más sano que un sentimiento tan amargo.

Mi subconsciente dejo de correr entonces por preguntas que no podía responder, y cuando desconecte esa realidad estaban los ojos destellantes de Nam Joon observándome con una sonrisa de oreja a oreja. Dónde podía perderme en cada centímetro de su piel y sus hoyuelos que me hacían querer besarlos. Aún si no tenía la solución para llevar una vida medianamente feliz. Con ese chico moreno que había conocido extrañamente estaba a salvo de todo lo que me rodeaba y me atormentaba.

Podía olvidarme de absolutamente todo, si estaba conmigo. No habría espacio para remordimientos o el arrepentimiento que sentía cuando no obedecía al hombre que detestaba. No existía ninguna necesidad además de sentir sus frías manos tocarme por cada rincón.

Nuestros cuerpos estaban desnudos, uno frente al otro como si fuésemos espejos, mi vergüenza pudo contra mí y mis mejillas fueron teñidas de un rojo que no podía compararse con nada y tampoco podía evitar.

-Eres precioso Seok Jin.

Dijo Nam Joon y me permití observarlo, viendo en sus ojos más palabras de las que me habría expresado nunca.
Esto es lo que soy. Esto es lo que quiero que te pertenezca, mírame, porque esto es lo que voy a ser siempre.

Una perfecta sincronía nos rodeaba y no necesitaba escuchar su voz porque escuchaba los latidos de su corazón y el silencio me decía más cosas que cualquier sonido.

•••

El cuerpo desnudo de Nam Joon acostado a un lado mío estaba tibio, no como al principio. Su respiración estaba regulada y parecía dormir profundamente, sus ojos estaban cerrados levemente y en ocasiones balbuceaba cosas que no entendía pero me parecía graciosas.

Estaba recostado boca arriba, y me acerqué para recostar mi cabeza en su pecho. Su aroma tan particular inundó mi respiración y amé el olor que agudizaba mi sentido del olfato, la noche aún gobernaba en el cielo y me dije que sí tan sólo fuese así por siempre no tendría motivos para angustiarme por otra cosa en toda mi vida. Estaba lleno de una paz que nunca había sentido; sonreí y miré el techo de mi habitación.

Estaba adornado escasamente por estrellas fluorescentes que había pegado en mi infancia. Me gustaba verlas cuando era tan solo un niño y estaba a punto de dormir o cuando llovía por las noches y me atemorizaba de los truenos que me hacían temblar bajo las mantas.

Mi padre siempre me había dicho que debería retirar tales figuras de mi habitación porque ahora era un adulto, y eso sólo me hacían ver infantil; en ese momento me sentí de esa forma. Cómo el chico que tan sólo quería a alguien para abrazar y dormir sin ningún temor. Ahora tenía a un joven pegado a mi cuerpo y la sensación fue increíblemente satisfactoria.

•••

El moreno respiraba tranquilamente, en un sueño profundo y me dediqué a observarlo mejor, sus ojos estaban pobremente cerrados y sus pestañas que eran cortas pero no menos lindas, fingían ser las cerdas de un pincel fino y delicado. Su mandíbula marcada y masculina que quería besar pero me detuve para no despertarlo, los lunares pequeños que tenía en el cuello y se me hacían tan bellos en él. Podía apreciar a Nam Joon una noche entera y sabia que aun habría detalles que no vería por completo.

If You ❀ NamJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora