AlexVete de mi casa alex—Su voz sonó áspera y fría—. ¿No escuchas? ¡Vete de mi casa Alex!—Se alteró y quise tocarla, removió su hombro y su mirada viajo a la ventana—.
Alice—Mi voz sonó en un hilo— Perdóname por favor— Estaba tan decepcionado de mi y de mis estúpidas inseguridades—. Alice...— Le tomé el rostro con suma delicadeza, pero ella la apartó de inmediato—.
Solo quiero que te vayas de mi casa alex—Hablo cansada— Y no te atrevas a llamarme porque será en vano—Finalizo—.
Camino en dirección a la puerta y ella la abrió, su mano hizo un gesto como diciendo 'Largo' y le hice caso, no sin antes dedicarle una sonrisa vergonzosa y tímida.
—Lo siento alice— Dije antes de que ella cerrará la puerta en mi cara.
Necesito un trago para olvidarme de todo. Ahogar mis penas en el alcohol. Estoy apunto de perder al amor de mi vida y por culpa de mis inseguridades. A ella la amo con toda mi alma, no quiero perderla y menos por esto. No confie y ahora estoy pagando las consecuencias de mis actos inmaduros.
Baje las escaleras de su edificio con pesadez para irme a un bar. No estaba de humor para nada. No quería que nadie me molestará, solo necesitaba ese gran trago que me ayudaría a olvidar todo lo ocurrido esta noche.
Tomé el auto y me fui a toda velocidad al bar cerca del centro. A estas alturas no me importaba nada, y si moría sería una buena idea, sería un buen castigo por no ser lo que Alice quiere que sea.
Al llegar apague el motor, saque las llaves y me asegure de que estuviera mi cartera en mi bolsillo trasero, una vez confirmado entre al bar. Un fuerte olor a azufre se hizo presente a mis fosas nasales y puedo asegurar de que el hedor de este lugar combinaba perfecto con el ambiente.
Este sí que es un lugar de mala muerte— Me digo a mi mismo—.
—Deme tequila por favor— Le digo al hombre apenas de senté en uno de los bancos, este me miró y asintió—. Y señor—Este voltea sin ninguna expresión en su rostro— Si puede deje la botella aqui— El señor subió sus cejas a tal punto de parecer que formaban parte de su cabellera y volvió a asentir.
Este día si que ha sido una total mierda. Primero, no encontraba a mi amigo Josh para contarle todas las cosas que me habían pasado, segundo cassandra no contestaba ninguno de mis mensajes, aunque no la culpo quizá estuviese ocupada haciendo sus cosas, tercero y para cerrar con broche de oro mi día del asco, me peleó con mi novia, por culpa de mis inseguridades.
Golpee un poco el mesón y el hombre que venía con la botella me mira, deja la botella, y habla.
— Problemas amorosos chico— Pronuncia, yo solo alzó la cabeza para encontrarme con su mirada igual de inexpresiva.
— Así es— Sirvo el primer trago de la noche— Y no se cómo haré para que me disculpé la chica que amo con toda mi alma— Le digo al hombre y este da un suspiro profundo, se relamió los labios y hablo.
— Créeme chico, si esa chica es la indicada te perdonará hasta lo más mínimo y estará contigo así seas el mayor idiota del mundo— Sus palabras me hicieron reflexionar mucho— Pero, si no es la indicada— Mi ceño se frunció— Ella buscará cualquier excusa para que te alejes— Concluye y lo mire directo a los ojos. Este hombre si sabía de lo que hablaba, hasta lo más mínimo. Pero, hay algo que no concuerdo con el hombre lleno de canas y arrugas y era que no quizá no era la indicada para mí. Por supuesto que lo era... Era perfecta para mi, somos un complemento, somos uno.— Y chico— El hombre se regreso a donde yo estaba— La mejor solución para los problemas es hacerle frente y no ahogarlos en una botella. Estoy seguro que el día de mañana te arrepentirás—. Y así fue como se fue, dejándome con la palabra en la boca.
Tenía razón el hombre, pero, quería hacerlo. Así que me tomé el primer trago y quemó mi garganta por completo. Pero, me importó poco ya que después del trago número diez perdí la cuenta.
Supongo que ya son más de las tres de la mañana. Y aún yo seguía en el bar, con mi segunda botella y con mi cara de pocos amigos. Tomé otro trago y ya no quemaba, solo pasaba liso por mí garganta y agradecí al cielo de que fuera así.
—Hey— Habla un hombre de unos cuarenta años aproximadamente— Tómalo con calma—Palmea mi hombro—.
¿Y este quien se cree que es? No soy nada suyo como para que me este diciendo lo que debo o no hacer.
— Metase en sus asuntos y—Hipo— Déjeme a mí en paz— Gire mi rostro de nuevo para mirar al frente—.
—Solo digo que tanto alcohol en tu sistema te hace mal— Su voz ronca ya me está cansando—.
— Te lo advertí imbécil—.
Me paré del banco en el que estaba sentado por horas y me tambalee un poco, volví a mi centro y este me miró con cara de pocos amigos. Cerré mi mano haciéndola un puño y cayó directo a su nariz.
—Eso es para que no me digas lo que tengo que hacer—Escupí cada una de mis palabras.
Me voltee para seguir bebiendo pero su mano tocó mi hombro con mucha fuerza e hizo que me girará haciendo que quedáramos frente a frente. Su otra mano se cerró e impacto en todo mi ojo izquierdo.
Esto sin duda dejará un morado ligero mañana.
Seguimos peleando. Me golpeó en la parte baja del abdomen y yo lo golpee en las costillas, hasta que me cansé y me abalancé sobre el y lo golpee muy fuerte en la cara, el hombre tenía el labio roto, los cachetes rojos y una ceja partida. Eso me satisfacio por completo, seguí y seguí. Hasta que sentí como unas manos me agarraban para separarme de el. Patalee con fuerza para que me dejaran y seguir golpeándolo pero fue en vano.
—Llamare a la policía si no te quedas quiero ya ¿Entendiste?—Me hablo el hombre que hace un rato me había dado aquel consejo.
Trate de articular alguna palabra, pero me fue imposible, sentía la lengua pesada y no podía ni quiera estar de pie.
— Tienes a alguien a quien llamar— Dijo— No puedes irte solo de aquí, mira el estado en el que te encuentras chico— Tenía razón, pero no tenía a nadie... A menos que...—.
— Si tengo a alguien— Saque mi celular— Se llama cassandra, dile que si puede venir— Fue lo único que dije antes de venirme en vomito—.
El hombre, agarró el celular y supongo que busco en la agenda al encontrarlo su mirada viajo hacia mi y puso mi celular en su oreja. Se alejó un poco de mi, pero volvió al instante.
—Dijo que ya viene—Por un momento me alegré— Y también me dijo que le dijera que es un grandísimo idiota— Su risa se hizo presente, pero a mí no me causaba gracia, ya que sabía lo que me venía.

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Alex
Roman d'amourAlex está dispuesto a recuperar a su ex a toda costa, quiere volver a todo aquello que alguna vez lo hizo feliz. Cassandra, trata de hacerle entender que eso ya se acabó que siga su rumbo y lo ayuda mediante investigaciones a fondo que le hace a su...