Capítulo 24

882 56 2
                                    

Dylan

Habían pasado cuarenta y cinco minutos desde que me volví a cruzar con Brooke. Se fue del juego en un momento y nunca más volvió. Pasaron un par de rondas más donde tuve que besar a Melody gracias a mi gran compañero de juego Aaron y luego me hicieron fumar hierba. No iba a volver a mis hábitos, claro que no. Hoy en día ya puedo controlarme solo. Una pitada no me hace volver a la adicción. Sufrí demasiado esa época de mi vida y no pienso volver a repetirla. Ya no soy ese tipo de persona.
Cuando ya nadie quería jugar, cada uno nos fuimos a distintos sectores de la inmensa casa de mi mejor amigo. Pasé por casi todas las habitaciones buscando a Cameron, Claire se encontraba en el sillón junto a algunos estudiantes de fraternidad; entre ellos Aaron Lodge. ¿Es posible odiar tanto a una persona? No soporto ni verle el rostro. Quisiera partirle cada uno de sus huesos para que deje de molestar. Cuando estaba dispuesto a seguir buscando a mi amigo, Garret se interpuso en mi camino con cara de preocupación. Tenía todo el pelo revuelto como si acabara de estar con alguien en algunos de los cuartos. Si estaba en lo cierto había dos razones por las que él pudiera estar así de desesperado: o ha estado con alguna chica en una de las habitaciones y fue descubierto por Felicity, que no creo que le haya hecho mucha gracia. O la otra opción es que efectivamente haya estado con Felicity y se haya olvidado de usar condón. Mis sospechas realizadas en un microsegundo fueron descartadas cuando mi amigo comenzó a pronunciar todas palabras sin sentido intentando contarme algo de súper importancia. Tuve que frenarlo y hacerlo entrar en razón para que sepa que estaba gastando saliva diciéndome millones de palabras que yo no lograba entender:

-¡Wow wow! Más despacio y claro Tazio, si puede ser.- dije frenando todos sus intentos fallidos de explicarme lo que pasaba.

-Brooke- dijo mirándome con una expresión más calmada. Estaba por responderle y preguntarle qué había pasado con ella pero él siguió.- Tequila.- prosiguió sin darme una oración coherente.- Cocina. Ya.-

Luego de esas cuatro palabras dichas por Garret me di cuenta que nada iba bien. Caminé lo más rápido que pude hasta llegar a la puerta de la cocina donde ya se escuchaban gritos de festejo ¿Qué está pasando aquí dentro? Cuando traspasé la puerta que dividía el living de allí, me encontré a Claire gritando como loca intentando llamar la atención de alguien que se encontraba sobre la mesada de espaldas a todos nosotros. Esa espalda podía reconocerla muy fácilmente y más que nada ese cabello que caía sobre los hombros de una chica sosteniendo una botella de tequila en su mano derecha. Mientras estaba distraído inspeccionando a Brooke, escucho la voz de Claire llamando mi atención y la de Cameron que se encontraba a mi lado ¿Cuándo ha llegado? Lo estuve buscando interminablemente.

-¡Idiota! ¡Bájala de ahí!- gritó mirándonos a ambos. No sabía si le estaba hablando a Cameron o a mí.

-¿Por qué yo?- respondió mi amigo dándome a entender que no iba a ir a bajar a Brooke de allí arriba ni por casualidad. Sin escuchar los gritos siguientes de Claire hacia mi amigo y hacia mí, me encaminé hacia la chica que se encontraba bailando sensualmente frente a demasiadas personas y la tomé de la cintura bajándola de allí antes que haga un papelón. Claire la ayudó a mantenerse de pie y yo no dejé de soltarla en ningún momento mientras seguíamos allí.

-Viejo, ¿Por qué nos quitas la diversión así?- me dijo un cabrón que no había visto en mi puta vida desde mi costado. ¿Divirtiéndose con ella en ese estado? Claro que no. No iba a responderle, no valía la pena. Sin embargo, tratando de hacerse el gracioso me tomó del hombro y me dio vuelta hacia él. Quité rápidamente su mano de allí.

-Me vuelves a tocar y te rompo las pelotas.- escupí y giré para proseguir con mi tarea que este rubio imbécil interrumpió.

-Mejor toco a la morocha.- se rio para dirigirse hacia Brooke junto a su vaso con líquido azul dentro. Antes que pueda siquiera rozarla lo empujé lejos de ella y su espalda chocó contra la mesada.- ¿QUÉ TE PASA FLACO?- me gritó furioso viniendo nuevamene hacia mí.

Gracias por lastimarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora