EXPERIMENTO NO.3✅

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Era una enorme habitación, aunque estaba a oscuras podía verse claramente lo que en ella había o mejor dicho, a quienes se encontraban ahí. El silencio reinaba cada rincón, el olor a humedad estaba impregnado en el techo, paredes y el suelo.

Espasmos a causa del llanto recorrían el delgado cuerpo de la chica, estaba sentada justo en el centro de aquel lugar, sostenía sus piernas apegadas a su pecho, sus dientes castañeaban por el frío, sus ojos estaban perdidos en algún punto de la pared. Ya no sabía que era mejor mostrar ante ellos, si miedo, valentía, ganas de matar o simplemente nada.

—Experimento 3 —ante aquellas palabras su corazón latió con desenfreno, lo escuchaba en sus oídos logrando que su cabeza doliera

El ruido de la puerta siendo abierta la paralizó, pisadas fuertes se escucharon y luego de un rato la puerta fue cerrada con brusquedad que logró se pusiera en alerta, aunque no sirviera de nada.

Con miedo carcomiendo cada parte de ella, levantó la vista. Hombres grandes le rodeaban, una sonrisa lujuriosa adornando su rostro y una mirada psicópata que le aterraba.

—No —susurro cuando ellos comenzaron a recostarla con brusquedad, las carcajadas comenzaron a brotar de aquellos hombres al desabrochar sus pantalones -no -volvió a repetir

Cuando comenzó a resistirse la sometieron bajo sus grandes cuerpos, le arrancaron la ropa mojada, la dejaron expuesta ante ellos y los espectadores. Su cuerpo desnudo desató la lujuria en cada uno de esos hombres, le besaron con deseo y morbo mientras ella lloraba en silencio, acariciaron cada rincón prohibido en su cuerpo provocándole arcadas.

—No —suplico cuando el hombre se preparo para tomarla —no —las lágrimas cedieron y su mandíbula se apretó con furia, el hombre acaricio su entrada con su miembro sin penetrarla —¡he dicho que no!

Los hombres se miraron con pánico cuando sus cuerpos comenzaron a arder con fuerza, el calor inundó cada parte de ellos asfixiandoles.

—¡Les dije que no! —grito sin dejarlos de ver, los cuerpos fueron envueltos en llamas tan rojas como la misma sangre —¡no! —lloro haciéndose un ovillo en el suelo, trato de cubrir su cuerpo expuesto de aquellos que le observaban —no

Pasaron minutos en los que, a su alrededor, sólo quedaron cenizas. En los que su corazón no dejaba de querer salir de su pecho. En los que ella seguía viviendo.

—Experimento exitoso —y aplaudieron con sonrisas que darían arcadas a todo aquel que las viera

Experimento [Trilogía T. 2]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora