Capítulo 10✅

101 7 0
                                    

Adam daba pasos insistentes por todo el edificio, la pesadez en su cuerpo por no haber descansado bien por varios días era tan dolorosa que molestaba. Sin embargo, lo más doloroso era saber que su hermana mayor estaba en una habitación aislada de todo y todos y no tener los suficientes cojones de ir a demostrarle que no estaba sola.

Lo único que le tranquilizaba era saber que Sebastian estaba al pendiente de visitarla todos los días, cuando se enteró que esto no era así por falta de tiempo se sintió tan mal por ser un cobarde y no tener el valor de verla a la cara. Pero después de insultarse así mismo por varias horas en la soledad de su cuarto, por fin se decidió a visitarla.

-¡Adam!

-Hey, Zack -se dieron un apretón de manos -creímos que ya nos habías cambiado por los argentinos

-Claro que no, Adamsito -sonrió como un padre orgulloso -me alegra volver

-Lo has hecho porque ella está aquí -ambos sonrieron sin poder evitarlo -iba a verla, ¿vienes?

-Acabo de llegar, debo reportarme con tu padre antes. Tal vez en un rato, aprovecha para hablar con ella

Adam se limitó a dar un asentimiento de cabeza y reanudó su camino. Cuando llego, espero ver a alguien, tal vez no a su familia pero si a doctores, pero la única persona que estaba era un hombre regordete que le decía algo al oído, ella solo permanecía con la vista perdida y un sentimiento de quererla protéger le invadió de inmediato.

-Déjeme a solas con mi hermana -el hombre asintió y se retiró de inmediato

Se mostró tan cobarde que permaneció viendo la puerta sin hablar, sin verla y con la respiración retenida. En el fondo tenía miedo de que ella ya no estuviera justo ahí, de que con solo verla pudiera hacer que desapareciera, ese era su miedo más grande. O al menos el miedo más grande que creía tener.

-¿Qué te han hecho, Adam? -escucharla llamarle fue suficiente para poder verla -este no es mi hermano pequeño

-¿Me recuerdas? -la emoción lo invadió tanto que volvió a ser ese niño pequeño

Pero ella no respondió nada, de nuevo. Su mirada fría e ida creaba pánico en su hermano.

-Hace un mes que Sebastian no viene, ni Hanna -susurró -el mismo mes que me han tenido aquí, encerrada

-Es por tu bien, Samantha -incluso el dudo en la verdad que llevaban sus palabras

-¿Eso lo dices tú o lo dice tu padre? -y de nuevo usaba el tono frío y venenoso en sus palabras de doble filo

Realmente no supo que responder. Permaneció callado con la idea de salir y no volver hasta que ella volviera a ser su hermana.

-¿Sabes? Después de todo recordar puede ser la peor tortura de cualquier persona -cualquiera que la escuchará sentiría el dolor que atormentaba cada extremidad de su indefenso cuerpo

-¿Acaso ya recuerdas?

-Más de lo que quisiera -y aún cuando su vista seguía perdida, una solitaria lágrima recorrio su pálida mejilla -él no es quién crees

-Hermana...

-Si supieras de esos recuerdos que vagan ahora mismo en mi cabeza, saldrías corriendo,-su mandíbula estaba apretada y sus ojos cerrados con violencia -tan doloros y humillantes

-Cuentame para poder saber quien es el verdadero mounstro en esta historia -un tono algo desesperante a decir verdad

-Esta por entrar -susurro

Y la puerta de la habitación se abrió con fuerza, el imponente cuerpo de Dylan O'Connor la observo con nerviosismo.

¿Lo malo de aquello?

Que su hermano no escucho su balbuceó.

Experimento [Trilogía T. 2]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora