¿Dónde Está Mi Hija? (Subida de capítulos irregular)

Capítulo 8: Parto... ¿Ainara viene al mundo?

Los meses pasaban rápidamente sin tregua, Mónica ya estaba en su octavo mes de embarazo, según los médicos, en esta o en la siguiente semana ¡Tendría a sus bebés! (que por cierto, son mellizos). Según Mónica ¡Parece que cualquier día, su barriga va a reventar! Y está realmente incómoda porque pasó de la talla 36 en pantalón a la 40, se siente gorda en comparación con Brenda… Y a pesar de que Dan la alienta diciéndole que embarazada se ve más bonita ella siguen pensando todo lo contrario… Mónica seguía viendo a Romina por todos lados en el supermercado, por la calle, en los bares, tiendas y centros comerciales… pero ya no le daba importancia ¿Qué más le daba lo que hiciese Romina allí? Total, ya lo había superado… o eso pensaba…

Y en cuánto a Brenda… sigue igual de radiante, sólo que tiene una barriga de siete semanas y media de embarazo pero sus tallas de pantalón no han cambiado ni un milímetro. Y para los que se lo están preguntando… ¡Sí! ¡Brenda va a tener una niña! En cuanto a los nombres… Aún no se han decidido… Dan no deja de darle sugerencias a Mónica sugerencias que ella rechaza ya que nos ve lo suficientemente buenas para sus futuros hijos… Y por otro lado, es Brenda la que no deja de decir nombres que no terminan de convencer a Tony…

-¡Mónica!-gritó Brenda al oído de Mónica que al estar ausente se sobresaltó del susto.

-Que…-dijo volviendo a su postura de zombi, Brenda blanqueó los ojos y una ancha sonrisa se formó en su rostro.

-¡Me está dando pataditas Moni!-dijo Brenda emocionada. Mónica volvió en sí rápidamente para luego posar su mano en el vientre de su mejor amiga, le encantada que sus bebés y su sobrinita diesen pataditas, era lo que más le gustaba del embarazo, sentirlos, sentir que ellos están ahí y que siempre lo estarán, la ilusión de saber que con cada patadita, en sueño de verles el rostro estaba más cerca, si… esa sensación era verdaderamente la mejor que una mujer embarazada puede sentir… Y si ahora se sentía así… Ni se imaginaba cómo iba a ser a la hora de cargar a sus niños, darles el pecho, acunarlos y cantarles, acariciar su suave piel y hacerles un álbum de fotos…

-¡Oooh! Mi pequeña sobrinita… que ganas tengo de verte…-dijo Mónica dando un suspiro de sólo imaginarse ese momento, Brenda torció el gesto y se encogió de hombros.

-¡No es justo! Mis sobrinitos nacen ya y a mi princesa le faltan dos meses-dijo haciendo un puchero, Mónica sonrió.

-¡Aaah! Se siente, me he adelantado-dijo estirando la piernas que estaban  empezando a dormírsele…

-Ya pero yo tengo más tiempo para elegir los nombres y tu, aunque están para nacer no sabes nada de nada…-se burló Brenda sacándole la lengua, Mónica se giró a mirarla con el ceño fruncido.

-¿Ah sí?-dijo enfrentándose a su amiga con una mirada amenazante.

-¡Sí!-dijo Brenda sosteniéndole la mirada con la misma fiereza.

El duelo de miradas era intenso, ninguna de las dos apartaba la mirada, si siquiera pestañeaban, sus ojos ya estaban rojos por el esfuerzo de estar abiertos tanto tiempo y lágrimas salían rápidamente de ellos. Las dos chicas estallaron en carcajadas al verse en aquella tonta situación. Se entrelazaron sus brazos y se fundieron un  abrazo… ¿Vientre con vientre? Los bebés sentibles a ese contacto entre sus madres, comenzaron a compartir su alegría con ellas haciéndose notar con más y más patadas suaves.

-¿Vamos al centro comercial?-dijo Mónica acariciándose el vientre, los bebés, dejaron de moverse obedientes a la caricia de su madre. Brenda sonrió mientras se bajaba su camiseta que tenía subida y tapó su voluptuosa barriga.

-¡Por supuesto amiga!-dijo Brenda agitando las lleves de su coche, creando un repiqueteo algo molesto-¡Yo conduzco!

Mónica le sonrió, cogió su bolso y corrió junto a su amiga en el asiento del copiloto. En menos de diez minutos, ya estaban en la entrada del centro comercial y Brenca corrió a la primera tienda de bebés que vio.