Capítulo 10: ¡Mi niña! Espera... ¡NO!

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Dan firmó los dichosos papeles y salió corriendo hasta la habitación de Mónica ¿Cuál de sus dos hijos había nacido ya? Necesitaba saberlo, verlo y cargarlo por primera vez, hablarle y esperar con ansia el nacimiento del segundo de sus hijos.

Entró corriendo a la habitación y un médico lo miró de una forma un tanto extraña, las matronas limpiaban el cuerpo de uno de sus hijos pero había un problema, Mónica no estaba consciente, estaba tendida en la cama, pálida y con sudor por todo su rostro. El médico lo acompañó hacia fuera.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no me deja entrar?-preguntó un tanto ansioso.

-Señor, siento mucho tener que decirle esto, pero se han presentado complicaciones en el parto-Dan iba a hablar, estaba pálido ¿Qué demonios había ido mal? Pero el médico prosiguió-su hijo nació muy bien, Mónica empujaba débilmente y logró salir adelante pero la niña… ella no le dio tregua a su mujer, tal cual nació el niño, su hija empezó con más contracciones, Mónica no resistió y se desmayó. Pero ese no fue el problema, el problema es que el útero aún estaba dilatado y la niña se echó hacia adelante. En este caso, normalmente, hubiésemos intentado aplacar el nacimiento de la niña hasta que la madre estuviese consciente, pero no lo logramos a tiempo. Sin la madre empujando y con la cabeza de la niña encajada en el cuello del útero, ella… se terminó… ahogando con el líquido amniótico-dijo el médico con un suspiro de resignación al final.

Los ojos de Dan se salieron de sus órbitas ¿Qué? ¿Qué su hija qué? ¿Qué su niña qué? E-eso no podía ser verdad… Cogió las solapas de la bata del doctor y lo alzó completamente descolocado.

-¡¿CÓMO ES ESO POSIBLE?! ¡¡ES USTED UN INÚTIL!!-gritó completamente fuera de sí, las lágrimas caían por sus mejillas. Su niña… su princesa… ¿qué iba a hacer ahora? No podrían soportarlo, no él ni Mónica, sobretodo Mónica después de el bajón emocional que tuvo con su primer embarazo. ¡Por Dios! Si está débil, está recién del parto, no sería favorable alterarla, podría tener grandes consecuencias.

Soltó al médico y entró a la habitación llorando, las matronas lo miraban tristemente mientras cargaban a Bruno, se acercó a la matrona y cargó a su pequeño envuelto en una mantita azul. Era hermoso, sus ojos eran de un verde agua y su pelo era de un tono castaño, muy clarito, podría decirse que es rubio pero por cómo había sido él de pequeño y que Mónica es morena, lo más seguro es que Bruno fuese castaño.

Se sentó al borde de la cama con el niño en brazos que hizo amago de empezar a llorar.

-Bruno, cariño… no llores, por favor, no llores-dijo Dan incrementando su llanto. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía un mes de baja por paternidad pero luego tendría que volver al trabajo. ¿Cómo iba a dejar a su mujer sola tan pronto? Tenía que apoyarla las 24h del día sin  excepción, además, él también la necesitaba.

-Señor, déjemelo un momento, parece que necesita tomar aire un rato-dijo la matrona que se colocó a su lado.

-Sí-se secó las lágrimas, besó la mejilla de Bruno y tras acariciarle las manitas, lo dejó en brazos de la matrona.

Salió cabizbajo hacia la habitación de Brenda, necesitaba contárselo a ellos, o al menos a Tony, tal vez no fuese buena idea alterar también a Brenda.

-¿Dan? ¿Qué pasó con Mónica? ¿Ya dio a luz?-preguntó Brenda preocupada, una punzada de dolor recorrió el pecho de Dan, carraspeó y asintió lentamente.

-Y… ¿Y cómo están los bebés? ¿Cómo está Mónica?-preguntó Tony.

-Mónica… está inconsciente-dijo con lágrimas en los ojos. Brenda se incorporó.

-¿Cómo? Y-y ¿está bien?

-Ese no es el problema Brenda-la miró dolido, Brenda miró a Tony y se calló-hubo complicaciones en el parto y la niña…, ella…

¿Dónde Está Mi Hija? (Subida de capítulos irregular)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora