Cinco Sentidos ✧ NamJin #2 ✔️

» Capítulo 42 ↬ Pensamiento

↬ SeokJin

La decisión más importante que jamás he tomado.

Mi vida cambió cuando mi sordera fue mi acompañante, junto con su amiga inseparable lengua de signos.

Eso era lo más normal para mí. Era mi mundo, mi forma de 'hablar', de comunicarme con la gente, comunicarme con la música, esa que un día llegué a odiar y ahora la amo.

Hablando de música. Añoro escuchar lo que tanto me hacía sentir vivo. Ponerme unos cascos y simplemente apretar una tecla de volumen. Que me reventasen los tímpanos porque suene una de mis canciones favoritas. Recuerdo algunas pocas de ellas y cuando lo hago, solamente lloro.

La adaptación a mi nuevo mundo fue difícil, pero jamás me rendí en disfrutar a mi manera y convertirme en una persona 'normal' dentro de mis capacidades. Pero ahora mismo me siento perdido.

No niego que ahora que soy artista, puedo ser un referente para muchísimas personas sordas del mundo entero. Esas que me han visto cumplir un sueño que estaba muerto y enterrado. Superarme a mi mismo y a las barreras de la vida, pero es que esto no hubiese sido posible sin Namjoon.

¿Qué he hecho por mí mismo?

Solo tengo constancia de haberme hecho feliz. De nunca tirar la toalla en lo posible, pero ahora solo he hecho feliz a la gente. Sé que he dado visibilidad a la lengua de signos donde hay alrededor de trescientas sesenta millones de personas que padecen sordera en el mundo. Me sentí extremadamente feliz en el fanmeeting cuando conocí a personas con la misma discapacidad que la mía. Nos entendíamos e incluso me dieron las gracias por sentirse reflejados en mí.

Todo esto es inmenso, pero... ahora mismo no soy feliz al cien por cien.

He tomado una decisión. Sea buena o mala para el futuro, no me importa. Necesito mirar por mí para sentirme completo, sentirme vivo ahora. Disfrutar de la vida. Solo se vive una vez.

Si la vida me cambió, ¿por qué no volver a cambiarla de nuevo?

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Me encontraba en el apartamento de Namjoon. Sí, tras todo este tiempo aún teníamos su apartamento y el mío. Prácticamente vivíamos en los dos porque nos lo podíamos permitir. Pasábamos algunos días en uno y luego en otro.

De pensar que tenía que dejar mi apartamento definitivamente para irme a vivir con Namjoon, se me partía el alma, pero sé que algún día tendrá que suceder.

Había pasado toda una noche practicando y estaba muy cansado. Salió el sol y el sueño se apoderó de mí. Namjoon estaba dormido en la habitación. Había días que apenas pasábamos tiempo juntos y hoy era uno de ellos. 

Para no molestarle me tumbé en el sofá del salón. Al lado le dejé una nota encima de la mesita. Un post it, qué tan buenos recuerdos me traen.

'Me acosté tarde, descansaré un buen rato más. Namjoonie ♡'

Mientras descansaba unas pocas horas, sé que Nam se fue a practicar.

Sentí un dulce beso posarse en mis labios en señal de buenos días. Los mejores buenos días de toda mi vida eran sus buenos días. Uno de mis momentos favoritos. Me recargaba las pilas que me faltaban, pero ese día ni me inmuté. Me hacia el dormido.

Me acarició la cabeza y se fue a nuestra compañía. Esta era la mentira más piadosa que jamás habría hecho hasta el día de hoy. No iba a dormir, no iba a quedarme en la cama. Simplemente iba salir a la calle a un sitio donde planeé ir días antes.

Me puse la ropa que tenía en mente preparada para este día y salí por la puerta de casa tras saber que mi amor no se encontraba en ella. Me encontraba bastante nervioso.

Llegué al sitio indicado y suspiré. Entré y mis manos empezaron a moverse temblando cuando me acerqué al mostrador.

"Hola, vengo a informarme de esto." Enseñé un papel a la chica que había.

"¡Claro! Con mucho gusto le atenderán ahora" Señaló.

Sí, señaló. Porque donde me encontraba ahora me entendían perfectamente, hablaban mi lengua. Cuando me llamaron entré a la consulta y alguien me esperaba sentado en una silla delante de un escritorio enorme.

"Hola, vengo a informarme sobre esto." Repetí.

"El implante coclear es el primer y único dispositivo capaz de sustituir un órgano sensorial y restaurar la audición de personas con pérdida auditiva severa."

Estaba tan nervioso y a la vez tan ilusionado de que este momento llegara. Me lo había imaginado tantas veces en los últimos dos meses que parecía que era imposible. 

"..."

"¿Qué pasa?" señaló el doctor.

"Estoy sorprendido."

"¿Lo has pensado bien?" Asentí con mi cabeza. 

"¿Quieres operarte entonces?"

"Sí."